martes, abril 28, 2009

Ferrand, La sabiduria de Aznar

La sabiduría de Aznar

M. MARTÍN FERRAND

Martes, 28-04-09
AUN en el supuesto de que la vanidad sea pecado, y no un mecanismo de defensa propio de quienes tratan de disimular su pequeñez y sus complejos, no se le debe acusar a nadie de vanidoso. Por mucho que se empine para parecer más alto, ninguno es responsable de su vanidad del mismo modo que nadie lo es de sus almorranas. Las enfermedades, grandes o pequeñas, del cuerpo o del espíritu, se desarrollan en personas que no han hecho nada especial para merecerlas. José María Aznar tiene méritos suficientes para disfrutar del respeto ajeno y, a pesar de ello, se obstina en hacer y decir cosas impropias de una persona de su rango.
Con gran desparpajo, y mientras sujetaba los ímpetus de su perro -¡magnífica la entrevista de Virginia Drake en XL Semanal!-, Aznar ha dicho: «Yo sé como salir de la crisis». Vale. Cyrano de Bergerac conocía varios sistemas diferentes para llegar a la Luna y, además, en la afirmación de la sabiduría propia siempre debe sobreentenderse la traslación del sé por el creo saber. No reconocerlo así sería tanto como negar la hipótesis del onanismo o prohibir el regocijo de los recuerdos propios. Pero es que también, y aunque sólo sea en referencia a la sublimación de la CCM, esa golfada que no termina de generar su propia cuerda de presos, el (ex)presidente ha dado un paso más frente al espejo de la idolatría para asegurar que «...conmigo en el Gobierno no se hubiera producido esa crisis que se ha producido».
En ese marco, que reclama psicoanálisis, Aznar se dispone a presentar su último libro -España puede salir de la crisis- con el que, casual o pretendidamente, se coloca en el primer plano de la notoriedad en el paisaje de un PP que ya hace campaña para las elecciones de dentro de cuarenta días sin tener todavía la lista de los candidatos que nos propone. Los embustes y el mal hacer del Gobierno de Zapatero, el líder que entiende como «chantaje» que alguien pida un nuevo modelo de relaciones laborales, coloca al PP como favorito en el derbi electoral para el Parlamento Europeo. Es decir, que previsiblemente perderá el PSOE salvo que el PP se obstine en lo contrario. Con un candidato anacrónico y en el estímulo de la nostalgia de los gobiernos que ya pasaron, lejos de una proclama de confianza en el futuro, las cañas pueden volverse lanzas. Y viceversa. No todos pueden ser primeros actores en la misma representación.

http://www.abc.es/20090428/opinion-firmas/sabiduria-aznar-20090428.html

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