lunes, septiembre 03, 2007

Victor Llano, Castro, al hoyo numero 11

lunes 3 de septiembre de 2007
Noticias de Cuba
Castro, al hoyo número 11
Hasta donde sabe el ministro de propaganda castrista, Castro se está recuperando. Nunca nadie se recuperó tanto y durante tanto tiempo
Víctor Llano

Hasta donde sabe el ministro de propaganda castrista, Castro se está recuperando. No otra gesta se podría esperar de un monstruo que nació en Birán. Nunca nadie se recuperó tanto y durante tanto tiempo. Es más, a pesar de no contar con noticias directas sobre la salud del coma-andante, Abel Prieto cree que está muy activo intelectualmente y “dejando” un material de gran valor.

No tienen desperdicio las declaraciones del ministro: “Hasta donde yo sé…”. “Aunque no tengo noticias directas…” “Está dejando un material de gran valor”…. ¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza? Si está “dejando” algo es que se va. Y no al hoyo número 11 del Argentario Golf Resort en el que aterrizó su hermano en la primera semana del mes de agosto.

Nadie ha de sorprenderse. A pesar de sus muchos años, el dueño -junto a sus generales- del inmenso lupanar en que transformaron Cuba, sabe cómo gastar lo que robó a cientos de miles de españoles. Aterriza en los hoyos que quiere cómo y cuándo quiere. No por gusto es el mejor ejecutivo de la barbarie y el heredero del máximo líder de los multimillonarios cuatreros.

Si camino de Sicilia –¡ya le vale!– le apetece saborear un cóctel tropical en un campo de golf, ¿quién se lo puede reprochar? Le sobra tiempo. Ya no necesita fusilar a mansalva. Además, no tiene edad. Ahora toca disfrutar de los campos de golf italianos. Eso sí, en la primera semana de agosto. No después, antes de que, muy probablemente, su hermano sufriera la que casi con toda seguridad será la última carnicería quirúrgica.
Sabíamos de la afición de Raúl Castro por los pelotones de fusilamiento, por la arquitectura carcelaria y por los cócteles, lo que no conocíamos es que tuviera interés por los campos de golf. No sabemos si lo comparten los jóvenes de Santiago de Cuba. Probablemente, no aspiren a tanto, no sueñen con aterrizar en el hoyo número 11 del Argentario Golf Resort. Por lo que parece, se conforman con encontrar una lancha que resulte un poco más rápida que los tiburones que permiten a sus verdugos seguir cómo y dónde están. Administrando más de doscientas cárceles donde torturan a más de cien mil presos, saboreando cócteles y jugando al golf.

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