jueves, septiembre 06, 2007

Irene Lozano, Pues qué misterio

jueves 6 de septiembre de 2007
Pues qué misterio

POR IRENE LOZANO
Un hombre se acaba de quedar ante la humanidad desnudo como nadie ha estado antes: su genoma completo se ha secuenciado y, además, se ha hecho público. Esto puede sonar a déjà vu, pero resulta novedoso porque el ADN analizado pertenece a una sola persona, desde hoy el hombre sin misterios, cuyas cualidades, debilidades y rarezas han quedado desenmarañadas.
Algún día todos tendremos el cuerpo y el alma cartografiados de este modo. Los bebés vendrán con el mapa de su genoma bajo el brazo, y será un alivio. Ninguna madre olvida la primera pregunta que se hizo después del parto, al volver a casa con el bebé: ¿dónde traerá el libro de instrucciones? Un día lo traerán.
Si a la madre del hombre sin misterios le hubieran dado este mapa cuando él nació, habría podido conocer la propensión de su hijo a las enfermedades coronarias y el Alzheimer. Ergo aspirina a espuertas y el juego del Brain Training, que ya es más de lo que pudo hacer la madre de Aquiles travistiéndolo para ahorrarle la Guerra de Troya. También hubiera sabido de su personalidad: ansiosa por la novedad y tendente al alcoholismo, los desórdenes de conducta y el comportamiento antisocial. Una joya, vamos.
Y aquí viene lo que no se me alcanza: ese perfil genético que parece el de un potencial delincuente o un desequilibrado pertenece al genetista Craig Venter, el primero en secuenciar el genoma de una bacteria, y ahora pionero en hacerlo con un genoma humano individual, el suyo. Si se cotejan el mapa de su ADN y su hoja de servicios a la humanidad, salta a la vista la contradicción, y rebrota el misterio. Será mi mente obtusa, pero me ocurre a menudo: cuanta más información tengo sobre un asunto, menos lo entiendo.

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