jueves, julio 26, 2007

Marcello, ¡Vayase, señor Rajoy!

viernes 27 de julio de 2007
¡Váyase, señor Rajoy!

Aunque parezca mentira, cuando en el debate de la nación Rajoy le pedía a Zapatero un adelanto de las elecciones no lo hacía con la boca pequeña de osado boquerón, sino casi implorándoselo. Porque ya oía cabalgar a Rato sobre Madrid; porque va creciendo sin parar la conspiración de Pedro J. para colocar a Aguirre al frente del PP; porque cuentan que Aznar, cada vez que se cabrea en FAES, va gritando solo por los pasillos de la Fundación: ¡váyase, señor Rato!, y porque no descarta que, tras la espantada de Matas y el relevo de Piqué, otros barones, cansados del vacío de poder en el PP, y del auge de Acebes y Zaplana —el dúo de la bencina— acaben por desertar.
No hay cena de fin de curso en Madrid, en la que participen dirigentes del PP, empresarios, banqueros o periodistas, en la que no se hable de Rajoy como si de un cadáver político se tratara. Y han sido muchas las reuniones en las que se ha especulado, o conspirado en secreto, con la posibilidad de un Congreso del PP —por eso no lo quiere celebrar Rajoy— en el que se pida la dimisión de Rajoy y la entronización de Rato, si quiere volver, o Aguirre, que es lo que estaba previsto antes de que el director del FMI anunciara su deseo de volver.
El plan, que controla Pedro J., mientras aplaude a Zapatero en su política sobre ETA —“Rajoy se equivoca pidiendo actas o minimizando la acción de la Policía”, dice el presunto periodista del PP, que jalea la conspiración del 11M, para que los del PP no levanten cabeza—, se hubiera puesto en marcha a principios de junio si Rajoy hubiera obtenido un mal resultado en las elecciones municipales. Pero saltó la victoria por los pelos y Aguirre, en el papel de Alfonso Armada, salió al balcón de Génova antes de tiempo a presentarse como la líder del partido, creyendo que Mariano Rajoy estaba derrotado. Se precipitó la condesa y por eso el clan de la conjura, los que la llevan en andas, El Mundo y la COPE, se ha replegado y está a la espera de los próximos acontecimientos.
Si Zapatero adelanta las elecciones, no hay nada que hacer, Rajoy será el candidato, y lo más que puede hacer Aguirre es renunciar a la presidencia de la Comunidad de Madrid y exigir, como Gallardón, un puesto en las listas al Congreso de los Diputados, dejando a su vicepresidente, el más que inefable y sospechoso Ignacio González, al frente de la Puerta del Sol —dicen que este chino con cara de japonés ha cambiado de gueisa y plantó a la Cifuentes para cultivar a esa flor de loto descarada que es la Gallego—, lo que sería como colocar a ‘El Solitario’ de presidente del Banco de España.
Lo malo de la conjura contra Rajoy, de El Mundo, la COPE y Aguirre —en la que están Zaplana y Acebes hasta las cejas—, es la entrada en la escena de Rato, que odia a Zaplana y que fue recibido con gran frialdad y garrotazos, respectivamente, por los dos citados medios de comunicación. Porque estos conjurados no dan un chavo por la oportunidad de Gallardón, quien no se quiere creer que Rato viene a liderar el PP, y por ello sueña con que Ana Botella le va a echar unos polvillos —en el café, se entiende— a Aznar para que apoye al alcalde de Madrid con el argumento sencillo de que Gallardón es el único que puede derrotar al rojo y republicano Zapatero.
Pero claro, si Rato regresa y entra en las listas del PP —en las que Pedro J. quiere colocar a Cayetana, de número dos por Madrid, una vez que no la tragan en Toledo (debería ir por Buenos Aires frente a la nueva Evita, o Cristinita)—, adiós la conjura de Aguirre, que se quedará para vestir santos en la Puerta del Sol, haciendo kilómetros de metro, pico y pala, pico y pala, hasta la eternidad. Y si al final, en la lista de Rajoy fueran Rato y Gallardón entonces la liberticida Aguirre, como la madrastra enloquecida que es, le daría un mazazo al espejito mágico que siempre le acaba pronunciando el odiado nombre de Gallardón y que empieza a hablar, también, de Rato.
O sea, ¡pobre Rajoy! Y, para colmo, Aznar marcando el paso por FAES a los sones del himno de la Legión, y gritando por los pasillos ¡váyase, señor Rajoy!, ¡váyase, señor Rajoy! Bueno, eso de pobre Rajoy había que verlo con cierta calma porque, de momento, el presidente del PP lo está pasando bomba viendo a Contador como el amo del Tour.

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