lunes 2 de julio de 2007
JOSÉ VILAS NOGUEIRA CATEDRÁTICO DE CIENCIAS POLÍTICAS
memoria de los días
Boinas, velos y cuadros
"Un tribunal alemán prohíbe la boina vasca", dice un titular de periódico. No me lo puedo creer. ¡Cuánta es la inquina opresora del españolismo! ¡Cuán expansivo es! Hasta a los jueces alemanes somete. Claro que poco bueno se puede esperar de un país que elige canciller a la fracasada Merkel. Nosotros, en cambio, hemos elegido al exitoso Zapatero, y podemos usar boina, ya sea la amplia vasca, ya las más someras riojana, baturra, manchega, u otras variedades regionales, que cada una tiene la suya y sus dimensiones no han de afectar a la dignidad de la prenda. Y por si fuera poco, podemos usar cualquier otro tocado, por exótico que sea, conforme al sano principio de la alianza de civilizaciones. Sólo excluiremos la montera taurina u otros sombreros de rancio españolismo, pues sabido es que la española es la única civilización excluida por Zapatero de su universal concordia.
Indaguemos las razones del atentado de los jueces germanos contra los derechos humanos y contra los derechos vascos (que son mucho más derechos y mucho más humanos que los derechos murcianos, por ejemplo). La cuestión es más grave si se atiende al rango del tribunal autor del desafuero. La resolución no fue emitida por oscuro juez de paz, sino por la Audiencia de Dusseldorf, ciudad cosmopolita amén de importante. Pues bien, resulta que una maestra, musulmana de religión y turca de origen, se ha visto seducida por el tocado vasco. No sé cómo lo habrá conocido pero poco importa tal circunstancia; el caso es que la moza musulmana se rindió a la belleza de la boina vasca.
Sin embargo, los jueces alemanes, tan insensibles a exquisiteces estéticas como a las tiernas emociones de la zapateril alianza civilizacional, pétreas almas esclavas de leyes y reglamentos, sospecharon que la adopción por la moza del euskarico tocado era añagaza para sustituir el pañuelo islámico, cuyo uso ya le había sido prohibido, pues la normativa alemana veta el empleo de símbolos religiosos en las aulas. Y la suspicacia judicial se vio acrecentada por los testimonios de que la maestra musulmana llevaba la boina calada hasta las cejas, como metida a rosca, cuando es conocido que la boina vasca es prenda muy aérea, de modo que los vascos y vascas que la portan, puedan lucir bajo su sombra sus despejadas frentes. Me temo que Ibarreche ignore las cuitas de la turca emboinada. Tras ornato más sustancioso anda. Quiere el Guernica en el País Vasco, "de una vez y para siempre". La reivindicación tiene bemoles. Esta obra fue encargada a Picasso por el Gobierno de la II República para el pabellón español de la Exposición Universal de París en 1937 (de Madrid a París, los dos grandes enemigos del pueblo vasco). Y una de las causas más importantes de la derrota republicana en la Guerra Civil fue la caída del País Vasco (con Bilbao y su industria siderúrgica), propiciada por la deslealtad del Gobierno de la Región autónoma, en manos del PNV, que en el caos de la guerra, actuaba como un gobierno independiente. El hecho de armas más notorio de los gudaris fue embarcarse en Santoña, rendidos a los italianos.
Además, Picasso expresó su voluntad de que, una vez restablecida la democracia, el cuadro fuese conservado en el Museo del Prado. Nada hay de vasco en la vida y obra de Picasso. Nada hay de nacionalista en el encargo de la obra, en su realización, ni en su finalidad. Ni siquiera hay referencias vascas en su iconografía. Podría llamarse Dresde o Hiroshima, y poco cambiaría. Los republicanos perdieron la guerra por culpa, entre otros, del PNV. ¿Acertarán sus (aproximados) herederos a conservar el Guernica?
domingo, julio 01, 2007
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