viernes 27 de julio de 2007
Tal parece que se hubiera abierto la veda… Jaime Peñafiel
...sobre la Casa Real, a la que muchos han empezado a perderle el respeto debido.
Hasta el senador Anasagasti, siempre tan templado, tan moderado, se ha dejado ir. Parece mentira que, con lo inteligente que es, el esfuerzo que ha hecho para no parecerlo. Al Rey, que le estima mucho, han debido sorprenderle sus declaraciones.
No ha sido el único en aprovechar la polémica sobre la portada de la revista satírica El Jueves y su secuestro. ¡Craso error!
También los republicanos, de Baleares, han cuestionado que la familia real disfrute del palacio de Marivent. ¡Menuda gilipollez!
No importa que se sea republicano, nacionalista, separatista, del PSOE o del PP, para reconocer que el mejor activo que Palma de Mallorca tiene, sobre todo en verano, es la presencia del Rey, de la Reina, del Príncipe y su inefable y polémica esposa, así como de las infantas.
Ya quisieran Santander, San Sebastián, Valencia, Galicia, la Costa del Sol granadina y la malagueña tener ese privilegio de que la familia real lo hayan elegido para sus vacaciones.
Chapeau para los mallorquines que se anticiparon a otras ciudades costeras españolas en ofrecerle un palacete y hasta regalarle un barco, con ayuda de 100 empresarios que buen beneficio pueden estar sacando.
La llegada de la familia real a la capital balear es algo así como la del Rey de Arabia a Marbella, aunque más discreta y menos ostentosa.
Lo del palacio de Marivent y la crítica de que ha sido objeto por parte de algunos impresentables es consecuencia de que la monarquía española no tiene patrimonio real. Como la inglesa, sueca, la danesa y casi todas las casas reales europeas. En España sólo existe Patrimonio Nacional, que costeamos todos los españoles y lo disfrutan muy pocos: los reyes y el presidente.
Cierto es que los Borbones podían tener mansiones y palacios en propiedad. Un ejemplo de ello es la Mareta, la lujosa villa, en Lanzarote, que el Rey Hussein de Jordania regaló a su amigo el Rey Juan Carlos.
Pero éste prefirió traspasárselo al Patrimonio Nacional porque era muy costoso mantenerlo. Mejor que sea el Estado el que corra con los gastos.
Desde aquí, yo les aconsejaría a quienes cuestionan la presencia del Rey y familia en el palacio de Marivent que no digan gilipolleces. Que se sientan, si no honrados, al menos beneficiados. Como en Marbella, los marbellíes, con el Rey de Arabia Saudí. Y en Motril, en la costa granadina, los motrileños con la Reina Fabiola.
Ya me gustaría, como granadino que soy, que la familia real esquiara no en Baqueira sino mejor en Sierra Nevada.
¡Reflexionemos, hermanos!
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