GARGANTA PROFUNDA
Un repentino patatús dejó a Rubalcaba fuera de combate en el hospital
Elsemanaldigital.com
"El ministro del Interior no se tenía en pie", señalan las fuentes. "Su rostro estaba desencajado", dicen. El exceso de presión le jugaba una mala pasada. El susto fue morrocotudo.
4 de enero de 2007. Alfredo Pérez Rubalcaba viene mostrando en su rostro el cansancio, la tensión de los últimos días. El ministro del Interior se está desayunando una mayoría de diarios, entre ellos Elsemanaldigital.com, que reclaman la ruptura inequívoca por boca del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en sus negociaciones con ETA y la vuelta al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo.Las jornadas están siendo largas, muy largas desde que el pasado sábado los terroristas volaron el módulo D del aparcamiento de la T-4 de Barajas. Tanto que su cuerpo no lo resistió este martes, según han confirmado a Garganta Profunda fuentes solventes. Los músculos se le agarrotaron por la tensión nerviosa. Hubo carreras. "El ministro del Interior no se tenía en pie", han asegurado las mismas fuentes. El exceso de presión le estaba jugando una mala pasada a Rubalcaba. "Su rostro estaba desencajado", añaden.A primeras horas de la noche, el titular del Interior se sometió a una revisión en el Hospital Clínico de Madrid donde, según fuentes sanitarias, acudió con un fuerte dolor en el pecho, que pudo deberse a un reflejo de una crisis de artrosis que le pudo causar la tensión de los últimos días. Poco después Alfredo Pérez Rubalcaba fue dado de alta. La actividad volvió a la normalidad. A una relativa normalidad.Fuentes próximas al ministro aseguraron a El Mundo que acudió al centro hospitalario sólo para hacerse una radiografía que tenía prevista. En cualquier caso, Rubalcaba sabe que nuevas manifestaciones llenarán las calles de las ciudades de España mientras el jefe del Ejecutivo haga oídos sordos al reclamo de la opinión pública y que él tendrá que dar de nuevo la cara ante la prensa para ofrecer nuevos detalles de la investigación del atentado etarra.El 30-D ya ha sido demasiado para él. Para el todopoderoso y sibilino Alfredo Pérez Rubalcaba.
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