miércoles, enero 17, 2007

Un adelanto electoral empantanaria la reforma de algunos Estatutos

Un adelanto electoral empantanaría la reforma de algunos Estatutos
Pedro Vicente

18 de enero de 2007. Aprobados, uno tras otro, los nuevos Estatutos de Cataluña, Valencia y Andalucía, las Cortes Generales tienen actualmente en cartera las reformas estatutarias propuestas por otras cuatro comunidades autónomas: Aragón, Canarias, Baleares y Castilla y León. Pero de éstas no es seguro que todas ellas salgan adelante. No precisamente por su conflictividad -irrelevante tras el listón dejado por el Estatut catalán- sino por una simple cuestión de calendario.Cualquier acortamiento de la actual Legislatura podría dejar empantanada la reforma de alguno de esos Estatutos y, en el caso de Castilla y León, es más que dudosa su aprobación aun en el caso de que Zapatero agotara al máximo la convocatoria de las próximas elecciones generales. La Proposición aprobada por las Cortes castellano-leonesas entró en el Congreso de los Diputados el pasado mes de diciembre y, como pronto, hasta marzo o abril no será sometida a su primer trámite: la toma en consideración por el Pleno de la Cámara Baja.Para PP y PSOE de Castilla y León, promotores en comandita de dicha reforma, constituiría todo un revés político que esa "toma en consideración" no se produjera antes de que se disuelva el actual Parlamento regional a causa de la convocatoria electoral del 27 de mayo. Por más que dichos comicios no cambien sustancialmente la actual correlación de fuerzas, resultaría un tanto extravagante que representantes de un Parlamento recién elegido defendieran tal cual en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo un texto que formalmente ellos no han aprobado.Sin tiempo materialEs bastante probable que ese primer obstáculo pueda superarse. El problema es el largo recorrido posterior: Ponencia y Comisión Constitucional, Pleno del Congreso, tramitación y aprobación por el Senado y vuelta de nuevo para su ratificación definitiva por la Cámara Baja. Y todo este itinerario resulta muy difícil de recorrer en el año escaso que queda de Legislatura.A decir verdad, tampoco se perdería gran cosa. Ya hemos apuntado aquí en otras ocasiones que la timorata reforma estatutaria propuesta por Castilla y León apenas modifica el actual status quo de esta comunidad autónoma. Ni en competencias ni en financiación plantea ningún avance sustancial. Su principal reivindicación no es otra que la "competencia exclusiva" sobre la Cuenca del Duero, lo que, de prosperar, conllevaría el traspaso de la actual Confederación Hidrográfica.Sin embargo, pese al consenso alcanzado en Valladolid, nunca ha existido garantía de que esa reivindicación obtenga el preceptivo placet en Madrid. En apoyo de sus tesis, la Junta de Castilla y León y su presidente, Juan Vicente Herrera, se aferran al reconocimiento recogido en el nuevo Estatuto de Andalucía respecto al Guadalquivir. Pero el ejemplo no es del todo válido. Lo sería si el Duero discurriera íntegramente por territorio español, sin que compartieramos sus aguas con el vecino Portugal. Y todo apunta que este carácter internacional del río puede resultar letal para esa aspiración de Castilla y León.Jarro de agua fríaEn este punto la pasada Conferencia de Presidentes ha resultado bastante decepcionante. Herrera esperaba salir de ella con algún guiño positivo y no ha sido así. Aunque en ningún momento se entró a fondo en la cuestión del agua, las sensaciones no han sido positivas. Habrá que esperar a que se constituya la Conferencia sectorial acordada por los Presidentes para conocer mejor las posiciones de cada cual, pero hoy por hoy cunde el pesimismo en torno a ese pretendido traspaso de la Confederación Hidrográfica del Duero. Todo indica que el gobierno central no pasará de ofrecer formulas de cogestión, que por cierto ya esbozó el propio Zapatero durante ese cónclave celebrado en el Senado.En todo caso, la cuestión se sustanciará cuando la reforma del Estatuto de Castilla y León llegue a la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados que preside Alfonso Guerra. Pero esto mismo -que dicha reforma llegue a esa Comisión antes del final de la Legislatura- ya hemos dicho antes que ni siquiera es seguro.

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