viernes, enero 19, 2007

Miguel Martinez, Ni PP ni HB

viernes 19 de enero de 2007
Ni PP ni HB
Miguel Martínez
A UNQUE quiero creer que no por idénticos motivos, lo cierto es que a las manifestaciones contra el terrorismo celebradas el sábado 13 de enero sólo faltaron PP y HB. Los batasunos se echaron atrás en el último momento, cuando se incluyó en el lema de la manifestación de Bilbao la exigencia a ETA de que abandonase la violencia. En el PP habían decidido de antemano que no iban a asistir, así el lema hubiese sido “Rajoy es más guapo, más listo y más inteligente que Zapatero”. HB ha vuelto a demostrar que se hallan subordinados y plenamente sometidos al yugo de ETA, y el PP que en su orden de prioridades se encuentra, antes que acabar con el terrorismo, sacar tajada política de la situación y desgastar al gobierno. Comentaba nuestro director en una de sus editoriales la ausencia de banderas españolas en la manifestación del sábado, y , yo no sé ustedes, mis queridos reincidentes, pero un servidor hubiese visto con muy buenos ojos, y se hubiese congratulado enormemente, de que el PP hubiese aportado a la manifestación, además de su presencia, todas las banderas españolas que les hubiese dado la gana, que, de un tiempo a esta parte, da la sensación de que la rojigualda es más suya que de nadie. Pero de lo que se trataba el sábado era de decir “¡NO!” a ETA y de solidarizarse con las víctimas, y eso, si bien no es asumible por HB por aquello de que tanto monta monta tanto, sí debiera de serlo, ni que fuese con todos los matices del mundo, por el PP, como lo ha sido por el resto de partidos. Sobraba, si desde un principio tenían en mente no participar en la manifestación, toda la guerra de lemas. No iban si no se incluía en el lema la palabra “libertad” – palabra que, curiosamente, no se incluyó en ninguna de las manifestaciones anteriores contra la política antiterrorista del gobierno a las que sí asistieron- y cuando se decide incluirla dicen que tampoco. Para sucesivas manifestaciones de cualquier índole, y con el fin de evitar este tipo de ridículas situaciones, un servidor propone a los organizadores que en vez de esforzarse en pensar y sugerir lemas, peguen a la pancarta un pedazo de diccionario tamaño XXL y que cada cual elija las palabras que prefiera y que las ordene como más le plazca. Que no se quede nadie sin manifestarse por faltarle al lema tal o cual palabra. Y aunque tal y como estaba el patio no albergaba uno excesivas esperanzas que en la sesión parlamentaria del lunes se pudiese llegar a algún principio de acuerdo que permitiese, al menos, sustentar futuras esperanzas en que todos los partidos aunasen esfuerzos contra el terrorismo, el incontestable éxito de convocatoria de las manifestaciones quizás hacía augurar una pose algo más flexible de Rajoy, máxime cuando muchos militantes –y algún que otro dirigente- del PP criticaron la ausencia de su partido en la manifestación de Madrid, pero haciendo gala de esa habilidad nata que tiene Rajoy en huir hacia delante, en la sesión parlamentaria no hubo si no más de lo mismo: “Si usted no cumple, le pondrán bombas, y si no hay bombas es porque ha cedido” soltó Marianico y se quedó tan pancho. O sea, que en estos nueve meses anteriores al atentado, en los que no ha habido bombas, y en los que Rajoy, Zaplana, Acebes y compañía afirmaron hasta la saciedad que el gobierno estaba haciendo concesiones a ETA (Navarra ya se daba por entregada, por poner un ejemplo), Rajoy & Company mentían, pues -según su propio razonamiento- de haber habido concesiones no hubiese habido bombas. Claro que tampoco es noticia que Rajoy o Acebes mientan, que los dos sabían de buena tinta y tenían pruebas irrefutables de que en Irak había armas de destrucción masiva hasta en los mercadillos, y Zaplana, un día que dijo una verdad como un templo, para una vez que lo hace, -cuando afirmó que él estaba en política, exclusivamente, para ganar pasta- van y lo graban, que ya es mala suerte. Tampoco le sirvió a don Mariano que Zapatero reconociera sus errores, ni que se disculpara por su exceso de euforia y de optimismo, tampoco el hecho de que todas las demás fuerzas parlamentarias abogaran por la imperiosa necesidad de la unidad y el frente común ante el terrorismo, él, a la suya, contra viento y marea y más solo que la una. Si es que cuando un “listo” coge una linde, la linde se acaba y el “listo” sigue. Cuidadín Marianín porque no son pocos los que habiendo votado al PP como una opción política de centro están viendo cómo se radicaliza día a día y se escora a la derecha de la derecha. Y le va a pasar lo mismo que le está pasando a la Iglesia, que se les escapa la clientela por la puerta de atrás por distanciarse ésta de la realidad y de sus fieles. Marianico está escuchando a los que más gritan, que no por más gritar son más, aunque se les escuche desde más lejos. Normalmente el que vocifera en vez de hablar, además de ser un maleducado, suple con alaridos su ausencia de argumentos. Afirmaba don Mariano esta misma mañana en una entrevista en la radio, que para ser Pesidente del Gobierno en España no debiera bastar con ser español y mayor de 18 años. Y es que, Don Mariano, sí hace falta algo más: hace falta que le voten a usted más que al contrario y eso no ocurrió en las últimas elecciones. Si de los resultados de las próximas se desprende que el PP ha de seguir en la oposición, esta vez no le va a poder echar la culpa a otro 11M. Ya no tendrá, señor Rajoy, la excusa de que los votantes somos tontos por manipulables, quizás sea el momento de que reflexione y se dé cuenta de que usted lo está haciendo francamente mal. Muy mal. Quizás debiera ver que muchos de los que fueran sus votantes son muchísimo más moderados y muchísimo más coherentes que el radiopredicador de la COPE o que usted mismo. Quizás resulte que el fracaso del PP tiene que ver mucho con quien sea que hace que el PP se esquine hacia la deriva ultra. Dicen que no es cosa suya, que usted no es más que un “mandao”, sabe Dios… Pero en cualquier caso eso está ocurriendo siendo usted presidente del partido y, por tanto, responsable de esa situación. Cuando usted -o quien de veras mande- se dé cuenta de ello y abandone –o le hagan abandonar- la presidencia de su partido, el PP saldrá ganando. Quizás, cuando se escuchen y se tengan en cuenta esas voces de dentro de su partido –que las hay- no reñidas con el sentido común, ésas que en sus votos particulares se desmarcan a menudo de su doctrina reaccionaria más recalcitrante, quizás entonces el PP vuelva a gobernar. Hoy por hoy Zapatero tiene mucho margen para hacerlo mal porque sin duda, usted lo haría –como ya lo ha hecho- peor, muchísimo peor.

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