viernes, enero 05, 2007

Luis Losada, El efecto euro

viernes 5 de enero de 2007
LUIS LOSADA PESCADOR
al norte
El "efecto euro"
Un estudio de la Confederación Española de Amas de Casa y Usuarias (Ceacu) revela que la canasta de productos básicos de consumo ha elevado su precio un 60 por ciento desde la implantación del euro. Un dato significativo teniendo en cuenta que el ama de casa es especialista en precios. Se trata tan sólo de los productos cotidianos. Por ejemplo, el precio de un café en un bar ha subido un 80 por ciento. Tan sólo bajan las naranjas, lamentan las amas de casa.
El informe analiza sólo los productos calificados como cotidianos. Pero los no cotidianos tampoco han descendido. La principal partida de gasto del presupuesto familiar, el inmueble, se ha revalorizado sustancialmente en lo que llevamos de moneda única. Es más, el euro provocó una importantísima revalorización en el precio del ladrillo para blanquear las pesetas que se encontraban bajo el colchón.
A pesar de estas evidencias que todos sospechábamos, desde el Gobierno se ha negado sistemáticamente el efecto inflacionista del euro. El entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato, descartó tajantemente que la implantación de la moneda única hubiera tenido impacto alguno sobre el nivel de precios. Y las estadísticas de índice de precios al consumo (IPC) elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no reflejan esta realidad: la inflación española es superior a la europea, pero se encuentra muy lejos del 60 por ciento acumulado que señalan las amas de casa y consumidores. "Estamos estudiando los motivos; quizá se deba a que el IPC incluye una cesta más amplia", señala a este cronista la presidenta de Ceacu, Isabel Ávila.
Tenga razón la Ceacu o el INE, la realidad es que el dinero cada día cunde menos, y se amortiza más rápido. Una sensación de pérdida de poder adquisitivo transparente, porque los salarios no han crecido un 60 por ciento en los últimos cinco años.
La responsabilidad de esta pobreza generalizada como consecuencia de la aplicación de la moneda comunitaria se encuentra en todos los factores económicos, también en la Administración. "Más que redondear, lo que hicieron fue aprovechar la nueva moneda para subir precios, tasas y tarifas públicas", critica Ávila.
Y es que tanto empresarios como Administración aprovecharon el desconocimiento de los conceptos barato y caro que los españoles teníamos con la nueva moneda. Aún hoy, cerca de un 30% de españoles seguimos pensando en pesetas, es decir, seguimos sin ubicar los conceptos barato y/o caro en euros. Y esto sigue siendo un factor inflacionario que -curiosamente- el IPC no refleja.
Desde Ceacu se alerta además sobre el riesgo de que la Administración continúe con esta carrera alcista. Ávila critica las subidas del 1 de enero. Reconoce que se trata de subidas moderadas, aunque recela ante la posibilidad de que las tarifas eléctricas y gasísticas pudieran revisarse a mediados de año alcanzando "el temible 10 por ciento como nos amenazaban". ¿La respuesta definitiva? El 1 de julio, tras las elecciones de mayo.

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