jueves, enero 25, 2007

Ladron de Guevara, Euskera

viernes 26 de enero de 2007
Euskera
Ernesto Ladrón de Guevara
E L 28 de diciembre, se aprobaron los presupuestos vascos para 2007, con la ayuda muy estimable del Partido Socialista de Euskadi, que es una versión del PNV con buzo de metalúrgico. En esas cuentas con previsiones de gastos que pagan el resto de los españoles gracias al Concierto Económico se contempla un montante de 121 millones de euros diversificado en diferentes partidas para dar un “empujón” al euskera. Se han dado cuenta de que con el medio billón de las antiguas pesetas en políticas de euskaldunización a lo largo de un cuarto de centuria no se ha incrementado de forma perceptible el uso habitual del euskera en los hechos cotidianos, es decir, al comprar el pan, gritarle al árbitro, o contarle el último chiste verde al compañero de trabajo, y, por eso, hay que dar un nuevo giro de tuerca para cambiar los hábitos ciudadanos, que al parecer aún son demasiado liberales y espontáneos. De eso de imponer, los gobernantes catalanes son verdaderos maestros, y, por eso, sus émulos en las Vascongadas, perdón Euskal Herria, ¿o quizás Euskadi?, bueno, pues en el País Vasco, erre que te erre, dándole al mono hasta que sangre. Y en la praxis de esas políticas cualquiera vale, da lo mismo apellidarse Campos (apellido que para convertirse en euskaldun habría que ponerle una “k”) que Bengoetxea. Por eso pretenden, también, poner modelo lingüístico único; es decir aprendizaje en (no de) euskera obligatorio; aunque, por ejemplo, en Álava, las relaciones administrativas de los ciudadanos con las administraciones en la lengua que algunos dicen que es la íbera, nunca han llegado al dos por ciento, ni las relaciones de comunicación en esa lengua minoritaria (no minorizada), entre la gente, superan en el mejor de los casos los quince puntos porcentuales. No hay más que poner un poco de atención en la calle. Hace poco se debatió en las Juntas Generales de Álava una moción mía que pedía la construcción de un tercer hospital para una ciudad (Vitoria) que ha duplicado la población en los últimos treinta años, manteniendo la misma infraestructura hospitalaria que cuando Paco, el de la voz aflautada, aún nos hacía sus discursos. Pues bien, salvo el Partido Popular, nadie votó favorablemente la moción, ni aquéllos que en su día eran adalides del “Estado de Bienestar”, expresión que ha pasado a mejor vida. Y con las listas de espera, hay tumores que esperan ser diagnosticados mientras crecen, y enfermos coronarios con riesgo de colapso circulatorio (no estoy hablando de la M30). Pero para el euskera sí que hay dinero. Nada menos que 20.000.000.000 de las pesetas ya caducadas para este año. Sí, han visto bien la cifra. Nada menos que con diez ceros. A mí me parece un escándalo. Pero a nuestros políticos les parece bien. No se trata tanto de poner en marcha un buen sistema sanitario para que la gente no se muera mientras espera a que le hagan un escáner, o procurar un sistema educativo que realmente eduque sin adoctrinar. No. Se trata de normalizarnos lingüísticamente, de homogeneizarnos según el modelo del Gran Hermano que te vigila. Y vendrá alguien a cantarme la tonadilla habitual: “no politices al euskera”, que es como decir que no se beban las flores o “antivasco” que es como pretender que un gato sea antifelino. ¡Cuándo se enterarán de que una cosa es apreciar como importante un patrimonio cultural, igual que quien guarda en un estuche las arras con las que se casó su abuela, y otra el que se nos imponga una neolengua como en el Ingsoc de Orwell!

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