LA MALDICIÓN DE CASANDRA
Palomo golpea sin piedad al PP de Aznar a ver si reacciona el de Rajoy
Carmelo López-Arias
PASADO Y FUTURO
Graciano Palomo. De Aznar a Rajoy: La maldición de Casandra. Los secretos de la derecha española. Ediciones Foca. Madrid, 2006. 462 pp. 21 €
Rajoy y Acebes no faltaron al "bautismo" del libro que horroriza a ZP
El ex presidente concedió al autor, para este libro, una entrevista donde casi sudó tinta: la historia de su mandato tiene, junto a luces innegables, sombras de las que conviene aprender.
19 de diciembre de 2006. Hay que reconocerle a José María Aznar la valentía y la honestidad de conceder una entrevista al autor de un libro sobre él, a sabiendas de la independencia de criterio del periodista y de que no le iban a doler prendas para entrar a cuchillo en ciertos temas.Así ha sido. Pero al leer estas páginas es muy posible que el ex presidente del Gobierno, aunque le duelan -y han de dolerle mucho-, no se arrepienta de haberle dedicado unas horas a Graciano Palomo para facilitar que pudiera escribirlas. Si bien el autor censura la soberbia y el autismo de su personaje, en particular durante la legislatura 2000-2004, Aznar tiene que saber que en lo que pasó en España del 11-M al 14-M alguna responsabilidad le cabe. Y que el día de las elecciones un cierto número de españoles -se calcula en torno a un millón- decidió la balanza poniendo en el debe del PP una factura que las encuestas no preveían que fuese cobrada.Y sin duda no lo habría sido sin la matanza ni su manipulación, pero una y otra la pasaron por caja. Palomo dedica estas casi 500 páginas apasionantes y electrizantes a demostrarlo y a explicar por qué. Esperemos que no le suceda como a la Casandra del título, condenada a profetizar y advertir de la caída de Troya sin que sus habitantes le hicieran caso alguno.Todo comenzó...En Valladolid. Ésta es la tesis fundamental del autor, que atribuye al célebre "clan" pucelano la creación de una burbuja de malos asesores, tan alejados de la realidad de España como pelotas del jefe, que le hicieron endiosarse a raíz, sobre todo, de la mayoría absoluta de 2000. Rodrigo Rato -prácticamente el único dirigente del PP que sale incólume de estas páginas- les caló desde el principio, y Palomo lamenta que la enemiga decretada contra el artífice del milagro económico español por los Miguel Ángel Rodríguez, Miguel Ángel Cortés, Carlos Aragonés y compañía le costara, aquel agosto de 2003, la sucesión en beneficio de Mariano Rajoy.A quien, por cierto, no formula el autor graves reparos, salvo el de estar dispuesto a transigir con ese núcleo aznarita, algo por lo que Rato no habría pasado, entiende Palomo. Porque el ya casi legendario ministro de Economía le había puesto la proa a ese grupo, de la mano de Alberto Ruiz-Gallardón, desde el "caso Naseiro", del que se libró en última instancia el PP por un error judicial.Esta obra no deja de reconocer los méritos de los ocho años de Aznar en La Moncloa, tanto económicos como, por ejemplo, contra el terrorismo. Pero la ambición de poder del luego presidente (presentado a Palomo por Lorenzo Bernaldo de Quirós cuando aún era sólo un diputado más), que le llevó con pasos medidos hasta la Junta de Castilla y León, primero, y la presidencia del PP y del Gobierno, después, si bien se había visto contenida en 1996 por la necesidad de pactar con CiU, se desbordó a los cuatro años.El autor responsabiliza asimismo a Ana Botella. No ha gobernado, subraya, pero sí ha influido, y mucho: lamentablemente -opina- para reforzar ese aislamiento de la realidad que llevó al ex presidente a errores de imagen tan de bulto como la boda de su hija en El Escorial. El dato increíbleQuizá donde mejor se perciba ese negacionismo, ese convencerse a sí mismo de ser infalible, es en una de las grandes revelaciones de este libro. Durante la entrevista que Aznar concede a Graciano Palomo, le suelta de repente el siguiente bombazo: "Yo nunca fui partidario de nombrar a Juan Villalonga como presidente de Telefónica". "¿Cómo dice, señor presidente? ¿Me lo puede repetir, por favor?", contesta, asombrado, el periodista. Y se lo repite, por supuesto. Como si no fuera esa historia uno de los grandes baldones de la gestión popular, encumbrando a tal personaje por simple amistad íntima con su patrón. Historia contada también, con pelos y señales -muchos pelos y muchas señales- en estas páginas. Que deslumbran, sobre todo, por su independencia de criterio, acreditada por quien ha reflejado en obras anteriores muchos otros secretos de la trayectoria política de Aznar, a quien "descubrió" para el gran público con El vuelo del halcón, en tan lejana fecha como 1990. Aunque no se compartan todos los puntos de vista de Graciano Palomo (y ciertamente no los compartirá buena parte de la cúpula dirigente del PP), harían muy mal los populares, y en particular el entorno más próximo al ex presidente, y por supuesto Rajoy, en menospreciar estas páginas sólo porque son críticas. Quedan por delante muchas batallas que librar, y para librarlas los Pepitos Grillo son imprescindibles, mientras que los aduladores estorban... y lo que es peor, cobran y apuñalan.
miércoles, diciembre 20, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario