jueves 21 de diciembre de 2006
LUIS POUSA
CELTAS SIN FILTRO
Propicio al entendimiento
El pleno parlamentario del martes, que puso el colofón a las celebraciones del 25º aniversario del Estatuto gallego de 1981, ha impregnado el ambiente político de aromas de consenso para una reforma que ha oscilado a lo largo de 2006 entre el ser y la nada, según los momentos y el estado de humor de sus principales protagonistas.
Ya días antes se veía venir que los tres grupos políticos (popular, socialista y nacionalista) presentes en la Cámara autonómica apuntaban, a través de sus portavoces, ganas de sacudirse de encima la modorra táctica de los once meses anteriores, y entrar en esa fase de fiebre negociadora que debería concluir precipitando los acontecimientos en una firma histórica a tres bandas.
La verdad es que el tiempo se les ha echado encima. Y aunque esta complicada empresa podría quedar en suspenso hasta después de las elecciones municipales, posibilidad contemplada por Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo en el encuentro de Monte Pío, ambos saben y lo sabe también Anxo Quintana que lo que necesitan para culminarla no es prorrogar el tiempo sine díe, sino afrontar las negociaciones sine ira et studio y con ganas de llegar a un acuerdo.
A partir de ahí, las fórmulas que lo plasmen aparecerán como por arte de magia.
La imaginación, a poco que se la deja trabajar, sigue siendo un arma poderosa, cargada de futuro. Por eso mismo, la unanimidad es posible y, en tal caso, deseable.
En esta atmósfera propicia al entendimiento, el pesimismo con el que Feijóo acudirá al encuentro con Quintana debería ser matizado por él mismo con un juicio menos desfavorable. Y más en consonancia con ese ambiente proclive al pacto, al que nos referimos al principio, que con el nadalismo de lo que otros llaman espíritu navideño.
Es de desear que el nadalismo nada tenga que ver con el trato al que llegaron ayer el conselleiro de Medio Ambiente y la alcaldesa de Vigo, para que la depuradora sea construida en la desembocadura del río Lagares. En este caso, la doble evidencia de que la Unión Europea continuaría adelante con la sanción que le ha impuesto al Ayuntamiento por la contaminación que sufre la ría y que el Plan General de Ordenación Municipal no obtendría la luz verde de la Consellería de Medio Ambiente sin antes haber concretado la ubicación de la EDAR, han obligado a las autoridades locales a negociar una salida airosa.
Salida que, lógicamente, pasa por situar la solución al margen de la pelea que, como rivales políticos en los comicios municipales de mayo de 2007, mantienen la popular Corina Porro y el socialista Abel Caballero. Cambio de actitud que, todo hay que decirlo, tanto favorece a los ciudadanos como a los dos candidatos citados.
Para qué engañarnos, los territorios de la abstención suelen estar poblados de personas que aborrecen la trivialidad de ciertas luchas partidistas, así como aquellas prácticas y rituales indeseados que responden a intereses oscuros y no recomendables. Lo cual no quiere decir que estén en contra de la política ni que abdiquen de los valores democráticos. Nada de eso.
Salvedades aparte, lo de Vigo y lo del Estatuto son manifestaciones de un tiempo bonancible para el consenso, que no tardará en desaparecer a consecuencia de la llegada de las borrascas de las municipales.
jueves, diciembre 21, 2006
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