miercoles 27 de diciembre de 2006
¿Juntos contra el terrorismo?
Antonio Casado (El Semanal digital)
N I el Rey puede ser más explícito ni procede que las fuerzas políticas se reclamen de los mensajes de la Corona. Sin embargo, son habituales las lecturas partidistas del tradicional discurso navideño de Don Juan Carlos, por aquello del ascua y la sardina. El principal recado de este año es la apelación al consenso para acabar con el terrorismo. Lógico. Una vez más, la Corona interpreta a la perfección el mayoritario sentir de los ciudadanos y lo hace saber a sus representantes políticos por si tienen a bien aparcar sus diferencias en asuntos de calado. "Un objetivo que debemos alcanzar juntos", dijo al referirse al final del terrorismo. Y puso un significativo énfasis sonoro en la palabra "juntos". Tampoco puede ir más allá, so pena de desbordar las atribuciones que la Constitución reconoce al monarca en su papel moderador del funcionamiento institucional. Ése es el territorio incierto que los partidos aprovechan para identificarse con el discurso del Rey como si fuera el propio. Y vuelta a empezar. Gabriel Elorriaga dice que el PP asume el mensaje de Don Juan Carlos y lo hace suyo, mientras que López Garrido, en nombre del PSOE, lo utiliza para pedir que el PP eche una mano al Gobierno, "pero con argumentos", añade, dando por hecho que el primer partido de la oposición solo se dedica a incordiar. Por tanto, esta nueva apelación del Rey al entendimiento entre "las instituciones y los representantes políticos" cae de nuevo en terreno baldío. En esta hora necesitada de "sosiego" y "espíritu integrador", no veremos juntos al PSOE y al PP ni para mirarse el ombligo de los altos niveles de bienestar alcanzados por la sociedad española, gracias en buena parte a los esfuerzos de "reconciliación, concordia y generosidad" practicados durante las últimas décadas por la clase política. Por lo demás, a todos nos cumple reconocernos en un discurso de tan alto contenido social. Las alusiones del Rey a la lucha contra la pobreza, la dependencia, la marginación, así como la atención prestada a inmigrantes, niños y ancianos, siempre bajo la clave del rigor solidario, componen un conjunto que podrían firmar los gobernantes más progresistas del mundo. Dicho sea como un elogio a nuestras dos principales fuerzas políticas, pues es seguro que PSOE y PP sí firmarían juntos esta parte del discurso del Rey. Pero también sería elemento de discordia la subordinación del desarrollo urbanístico a los intereses generales. De nuevo la pugna por el poder y los procesos de intención aparecen en otro asunto, la corrupción inmobiliaria, que, como en el caso del terrorismo, PSOE y PP deberían combatir "juntos". No caerá esa breva, porque ambos tienen mucho que ocultar.
miércoles, diciembre 27, 2006
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