De la "tregua trampa" a la "foto con trampa" del viernes con Zapatero
Antonio Martín Beaumont
Fotografiarse Rajoy ahora con el presidente en La Moncloa puede tener malos resultados para el PP. No hacerlo y rechazar el encuentro los tendría desastrosos. Así están las cosas.
20 de diciembre de 2006. Dicen que Mariano Rajoy peca de gallego; yo no lo creo así, porque ante la invitación de José Luis Rodríguez Zapatero no ha dudado, y pasado mañana viernes a las diez de la mañana estará en La Moncloa, se hará la foto y escuchará lo que el presidente del Gobierno tenga que decirle. Pero vamos a ver, ¿en serio se podía esperar otra cosa, o se le podía asesorar en otro sentido? No desde luego en un partido político moderado y democrático que aspira a representar a la mayoría de los españoles y a gobernar el país desde las próximas elecciones generales. Sean éstas cuando sean, que es otro tema, y no de los menores.Desde luego, una cosa es segura, y conviene repetirla hasta que nadie pueda decir que lo ignora: es Zapatero el que necesita a Rajoy, su apoyo y la foto junto a él. El líder del PP, si mirase a su propia comodidad a corto plazo, podría hasta no ir a La Moncloa. Es el presidente del Gobierno quien necesita al líder de la Oposición, porque quiere compartir con él los líos en los que se ha metido el PSOE, las secuelas del Estatut de Maragall y de Montilla, la galerna autonómica, la tempestad de la Memoria Histórica, el escándalo de Air Madrid y ya veremos si el tsunami de la reforma constitucional. Ah, y no lo olvidemos: si ETA siguiese negociando, ha dejado muy claro que no le basta la palabra del PSOE y de Zapatero, sino que exige un compromiso del Estado español, gobierne quien gobierne, y eso quiere decir una implicación de Mariano Rajoy en el "proceso de paz".Así las cosas, ¿por qué ir? Porque al centroderecha de Rajoy también le interesa estar en La Moncloa. A talante, talante y medio; y si alguien tiene que quedar como radical, divisor, enemigo de la concordia y rompedor de puentes, que sea el Gobierno de ZP, cada vez más lanzado por sendas extremistas que le penalizan ya en las encuestas. Rajoy, seriedad y firmeza, pero que el malo sea otro. Ya está bien de que la izquierda sea un lobo con piel de cordero, y el centroderecha en cambio una ovejita con pelleta de lobo feroz.Y es que la cosa no es de broma: con el reparto de medios de comunicación el jefe de Génova debe ser inexorable en lo que dice pero también en sus gestos públicos. Hay tufo, y más que tufo, electoral, y si no que nos expliquen por qué Manuel Chaves tiene "suspendido" el referéndum estatutario andaluz. No vaya a ser que el presidente del Gobierno esté preparando algo para finales del invierno, y quiera coger al PP con el paso cambiado. Desde luego que lo de ETA ha sido, una vez más, una "tregua trampa", en la que Zapatero ha querido caer y ya veremos cómo sale si es que sale; pero lo del viernes es una "foto trampa", que Rajoy no debe rehuir, pero que debe aprovechar para que todo el mundo sepa qué cosas no se deben tocar: la unidad nacional, Navarra, la Constitución, la igualdad entre los españoles. Ir puede tener malos resultados; no ir los tendría desastrosos con certeza.
miércoles, diciembre 20, 2006
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