miercoles 20 de diciembre de 2006
Una entrevista con recelos
TONIA ETXARRI
Parece lógico que la entrevista que van a mantener el presidente Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el próximo viernes, día de la Lotería, esté empañada de recelos. No es para menos. Teniendo en cuenta que, tras el último encuentro, el pasado 28 de marzo, el presidente del PP salió del Palacio de La Moncloa convencido de que se había tejido una red de colaboración entre los dos partidos en la lucha contra ETA y que se cayó del guindo en cuanto supo que los socialistas vascos se iban a reunir con Otegi, los populares ahora no se fían de las intenciones del Gobierno. Puede que haya sido la presión de la opinión pública que no ha cesado de emplazarles para que recuperen el consenso democrático y que, de la necesidad, el presidente haya querido hacer virtud. El caso es que Rajoy, por si acaso y para evitar suspicacias, ya ha avisado que él está dispuesto a apoyar al Gobierno siempre que luche por derrotar a la banda terrorista y, para eso, deberá romper con Batasuna. Una situación realmente difícil de superar teniendo en cuenta que la presidencia de Gobierno ha optado por echarle una mano al conglomerado político de ETA con la intención de que corten el cordón umbilical con el terrorismo. Y, como no puede pagar precio político alguno, juega con la baza de la insistencia, a ver si ahora, aprovechando la debilidad en la que había caído ETA hace dos años, tiene suerte. Pero parece que se vuelve a dar el síntoma conocido de otras negociaciones: que no hay capacidad en Batasuna para plantar cara a la banda terrorista. Lo reconoció ayer el propio Iñigo Urkullu al acusar a Batasuna de «someterse a lo militar». Las palabras de este nacionalista vizcaíno, aunque luego se hiciera un lío entre el derecho de opinión y el delito de amenaza terrorista al referirse a las cartas del preso De Juana Chaos, tienen la importancia de haber sido pronunciadas por quien conoce perfectamente las servidumbres del entramado político de ETA.El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, con más moral que la Real, emplaza a Batasuna a que condene la última quema de un autobús. Y si ,antes, sus portavoces respondían, sarcásticos, que las condenas no figuraban «en la agenda», ahora, ni eso. Por eso cabe pensar que el presidente Zapatero habrá llamado a Rajoy para algo más que para hacerse la foto. Porque si los socialistas vascos no perdonan que el PP les haya llevado a los tribunales por haberse reunido con Otegi y, para animar las fiestas, el PSOE de Blanco se dedica a regalar a los periodistas, con el consiguiente enojo de muchos de los afectados, el vídeo de la discordia sin haber tenido ni la delicadeza de retirar la foto de Loyola de Palacio, no hay demasiados síntomas de recuperación del diálogo entre los dos principales partidos. Y les conviene entenderse.t.etxarri@diario-elcorreo.com
miércoles, diciembre 20, 2006
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