domingo, diciembre 31, 2006

ZpM pensaba despedir el año euforico y se le armó el Belen

Zapatero pensaba despedir el año eufórico y se le armó el Belén
Antonio Jiménez

El presidente se las prometía muy felices el pasado viernes. Pero el zarpazo terrorista del sábado le ha aguado el optimismo con que tenía pensado despedir el 2006 que hoy se va.

31 de diciembre de 2006. Hemos pasado del discreto y socorrido "España va bien" con el que Aznar sugería la buena marcha de la economía y del país durante su mandato, a la "España del liderazgo" de Zapatero. Resulta que somos los líderes de Europa en crecimiento económico, en creación de empleo, en desarrollo social del Estado y hasta en derechos ciudadanos e igualdad, y la mayoría de los españoles aparentemente ni se han enterado. Algo no cuadra.Es cierto que la economía española crece por encima de la media de la UE y que sigue generando empleo, cosa que afortunadamente viene ocurriendo desde hace cinco años de forma continua; quizás por ello no es menos cierto que la opinión de los ciudadanos consultados en las encuestas sobre la confianza en el futuro de la economía, diste mucho de ser la que el presidente expresó con un optimismo desaforado. El "país de las maravillas" que Zapatero describió en su comparecencia pública para hacer balance del año que concluye, con mucha complacencia y sin ningún matiz autocrítico, quizás para compensar lo mal que se vende la mayoría de sus ministros, no es peor que el que heredó de Aznar en términos económicos, a pesar de que ni la calle ni los bolsillos perciben tantos avances y mejoras sociales, pero sí lo es en condiciones políticas.La crispación , tensión ,división y enfrentamiento que se detecta en la sociedad, pasado el ecuador de la legislatura, a cuenta de leyes como la de la Memoria Histórica o la forma en que afrontó la negociación con ETA –suspendida ayer mismo según manifestó el presidente tras el terrible atentado en la T4 de Barajas-, contradice el panorama de optimismo y euforia transmitido por Zapatero el viernes.Es evidente que España no se ha roto físicamente tras la aprobación del Estatuto de Cataluña, como dijo el presidente del Gobierno con cierto tono irónico, y que no se ha producido secesión alguna, pero también es patente que la España de 2007 es menos fuerte y está menos unida y cohesionada y que las consecuencias de algunas de las polémicas reformas territoriales emprendidas , empezarán a detectarse de forma negativa más pronto que tarde, y mucho más si cambiara el ciclo económico, que esperemos no lo haga, en la convicción de que se trata de la parte positiva de la legislatura, de la que depende el desarrollo de leyes como la de Dependencia , que es la mejor ley aprobada y, además, con el consenso de todos los partidos. Mientras la economía vaya bien, Zapatero podrá ir capeando el temporal político.Con todo, el zarpazo etarra del sábado ahogó de golpe el optimismo con que el presidente había programado despedir el 2006 que hoy se va.

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