jueves 20 de octubre de 2006
Moraleda
Vuelve la prensa del Movimiento
Ignacio Villa
El que un político pretenda imponer a la prensa los contenidos de la información marca el regreso a los viejos tiempos de la prensa nacional del Movimiento, que ahora podríamos llamar la prensa nacional del régimen.
El secretario de Estado de Comunicación, en los pasillos del Senado y en presencia del presidente del Gobierno, ha recuperado para uso y disfrute de todos los españoles a la prensa del Movimiento. Hacía un rato que había terminado la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta. El presidente Zapatero había respondido a una pregunta del portavoz del PP, Pío García Escudero, que le había recordado que un PSOE todavía en la oposición negociaba con ETA mientras los terroristas mataban a Joseba Pagazaurtundua. Zapatero calló, pero lo cierto es que esta afirmación causó un importante enfado en Moncloa y la reacción vino de manos del inefable Fernando Moraleda.
Moraleda, sin micrófonos pero con su sectarismo a pleno rendimiento, ha animado a los periodistas allí presentes a que denunciaran la posición del PP ante las negociaciones con ETA. La razón –excusa– es que la oposición está haciendo daño a la democracia lo que significa, en el lenguaje totalitario de los socialistas, que está haciendo daño al PSOE, como debe. Estas palabras no deberían sorprendernos mucho en él, conociendo su trayectoria, pero deberían llevar a cualquiera a una reflexión. Un político puede ser crítico, muy crítico, con el adversario pero no puede decir a los periodistas qué deben decir o cómo tienen que informar. El que un político pretenda imponer a la prensa los contenidos de la información marca el regreso a los viejos tiempos de la prensa nacional del Movimiento, que ahora podríamos llamar la prensa nacional del régimen. Volvemos a la imposición, a la coacción, al pensamiento único, a la información oficial y al mensaje homogéneo. A Cataluña, vamos.
El secretario de Estado, no contento con eso, y aprovechando que el presidente del Gobierno estaba tomando un café con un grupo reducido de periodistas en el bar del Senado, se ha dirigido a él y ha proferido esta poco sutil amenaza: "Estaré vigilante con los periodistas para ver hasta dónde llega el veneno del PP". ¿Es este el talante que con tanto fervor predicaba Zapatero? ¿Es esta la forma de entender la política de comunicación en Moncloa? ¿Es este el ambiente de libertad que dicen en el Gobierno que están creando alrededor de los medios?
Moraleda puede hablar mucho del veneno del PP, pero lo que se percibe detrás de esas palabras es que deberíamos centrar esa búsqueda tóxica en el recinto de la Moncloa. Es un veneno destructivo de la libertad de expresión, un brebaje ponzoñoso en el que se disuelve la pluralidad, una pócima demoledora con la democracia. Si en Moncloa se destila semejante bilis, casi sobran los comentarios. Pero siempre es bueno tomar nota.
Gentileza de LD
miércoles, octubre 18, 2006
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