sabado 21 de octubre de 2006
Eutanasia y «Etanasia»
Miguel Ángel Loma
A UNQUE bajo el nombre de eutanasia nos venden cosas que no se corresponden propiamente con el concepto, es indudable que su aceptación, junto con la del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, constituye uno de los postulados que fundamentan el moderno credo progresista. Quien no quiera ser tachado de facha, reaccionario, opositor y freno al imparable avance del género humano, ha de manifestarse tolerante y comprensivo con quien intente procurarse la muerte. A favor de la eutanasia nos han machacado por pasiva y por activa desde todos los medios de comunicación, que hasta tenemos película española oscarizada sobre el tema con actores guapetes que sirven para edulcorarnos el producto y hacerlo más amable y digerible. Pero ahora resulta que un tipo como el etarra De Juana Chaos, con 25 asesinatos a sus espaldas, un criminal sin piedad que se ha jactado desde la cárcel de disfrutar con el asesinato de un matrimonio inocente, elige marcharse de este mundo, no por la vía del cianuro, sino por el único medio que tenía a su alcance: practicando una voluntaria huelga de hambre; y, oh sorpresa, el Gobierno ZP que abandera toda causa progresista se pone nerviosísimo, y decide hospitalizarle y alimentarle contra su voluntad. ¿En qué quedamos? ¿Hay que respetar la voluntad de quien quiera quitarse la vida sólo si está impedido y es inocente, pero no si se trata de un asesino encarcelado? ¿Eutanasia para inocentes, sí, y «Etanasia» para etarras, no? Que me lo expliquen.
sábado, octubre 21, 2006
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