El compromiso de ayudar a Los Angeles

domingo 22 de octubre de 2006
El compromiso de ayudar a Los Ángeles

Thomas Sáenz explica su labor como asesor legal de Antonio VillaraigosaJazmín

Ortegajazmin.ortega@laopinion.com 22 de octubre de 2006Ha sido reconocido como uno de los abogados más influyentes en el estado, y ahora Thomas Sáenz tiene toda la atención del alcalde Antonio Villaraigosa, quien depende de su asesoría legal desde que inició su gestión en 2005.
Por cuatro años, Sáenz fue vicepresidente de litigios del Fondo Mexicoamericano para la Defensa Legal y la Educación (MALDEF), donde coordinó casos jurídicos de derechos civiles, acceso político, ley laboral y derechos del inmigrante.
El abogado graduado en leyes de la Universidad de Yale, de 40 años, nació en Los Ángeles en el seno de una familia latina de clase trabajadora, angelinos con raíces profundas en este país.
Mis padres enfatizaron el educarse, aunque ellos no tuvieron la oportunidad de ir. La expectativa era que tanto mi hermano como yo iríamos a la universidad, desde el principio. Ambos lo logramos.
Mi etapa universitaria en Yale fue un shock cultural. Durante el primer año amenacé muchas veces con irme de ahí; transferirme a Berkeley, porque había 16 mexicoamericanos en mi grupo de ingreso, y cuando terminamos sólo quedábamos la mitad cuatro años después. Afortunadamente hay más ahora.
¿Por qué decidió dedicarse a casos de derechos civiles?
Cuando era más joven, me familiaricé con la labor de algunos abogados en derechos civiles y quería practicar en esa rama durante mi época universitaria y en la escuela de leyes. Por un tiempo consideré una maestría en historia, pero decidí que quería un empleo seguro, y concluí que como abogado tenía mejores posibilidades.
Creo que la ley es una gran herramienta para mejorar las vidas del mayor número posible de personas, para mejorar el futuro de la comunidad latina a una gran escala.
¿Cuáles fueron los casos más importantes durante sus años en MALDEF?
Durante el curso de mi carrera en MALDEF lidiamos con media docena de casos de jornaleros. Pero el primer caso importante fue la Proposición 187, que fue poco después de mi llegada a MALDEF.
Otros casos eran importantes, como el de la Proposición 227 [que prohibió la educación bilingüe]. Uno que perdimos fue el de la redistribución de distritos, en el que cuestionamos los distritos para el Congreso que se crearon, argumentando que limitaban los derechos del voto de los latinos. Ha habido muchos casos buenos en los que he participado, como el acuerdo legal con la tienda Abercrombie & Fitch, por discriminación laboral, presentado por un latino y que luego incluyó a afroamericanos y asiáticos. Finalmente resultó en un arreglo por 50 millones de dólares.
MALDEF es una institución muy importante para la comunidad latina, me siento privilegiado de haber tenido la oportunidad de trabajar ahí, especialmente en los últimos cuatros años.
Dada la importancia de los casos que presentó, ¿por qué aceptar la invitación del alcalde?
Era una gran oportunidad de continuar trabajando por los derechos civiles y ha resultado ser verdad trabajar con un alcalde que cree profundamente en los derechos civiles. Lo conocí en el curso de nuestra labor, apareciendo en marchas o reuniones, en torno a los mismos temas, como la Acción Afirmativa. Veo que tiene el tema de los derechos civiles como una parte importante de su agenda. Esta es una oportunidad de hacerlo en un contexto diferente, y de hacerlo para el primer alcalde latino en más de 130 años, en la segunda ciudad del país, lo que es una oportunidad tremenda.
¿Sabía desde un principio que participaría en la reforma educativa?
Tenía claro que uno de los temas centrales en su elección era la educación, la necesidad de cambiar el sistema educativo para que fuera uno de categoría mundial. Esperaba trabajar en cuestiones de educación, así como de ética; una agenda de oportunidad que [Villaraigosa] ha querido incorporar a su propia agenda, así como las cuestiones legales que surgen en la labor cotidiana, como consecuencia de un alcalde fuerte que quiere establecer su liderazgo y cambiar la burocracia municipal y en cómo se ofrecen servicios al público. En todo eso surgen cuestiones legales y hay que hacerles frente.
¿Cómo se definió la reforma educativa y qué criterios estableció el alcalde?
Buscó un papel significativo en la educación, para que pudiera usar sus cualidades de liderazgo para realmente lograr cambios en el LAUSD, a fin de ofrecer educación de alta calidad para todos los estudiantes. Hay instancias de éxito [en el distrito] muy impresionantes, pero su interés desde el principio era que ese éxito fuera una experiencia mucho más común. Que cada niño tuviera la oportunidad de tener una muy buena educación en el LAUSD. Y cree, todavía cree, que un papel importante para él, el alcalde de la ciudad más grande, era un elemento central para lograrlo, que ayudaría a lograr el cambio en la cultura existente en el personal del distrito y le daría la oportunidad de incorporar reformas que han tenido éxito.
¿Cuáles son sus credenciales en la educación, para poder redactar la AB1381?
Muchas personas redactaron la ley. Sé que otro periódico dijo que era el arquitecto principal, pero el arquitecto es quien ahora está en Asia, el alcalde. Él es quien tuvo la visión, el que definió los parámetros y finalmente quien logró que se aprobara la ley en Sacramento. Pero él, yo y otros miembros de su equipo hemos hecho consultas no sólo internas, sino con expertos en la educación, en el ámbito académico, con padres de familia y activistas. Hemos colaborado con muchas personas. Pero tampoco llegué a esta posición como un neófito. En MALDEF trabajé en muchos casos de educación. Además, hace cinco años la supervisora Gloria Molina me nombró para la Junta de Educación del Condado de Los Ángeles, que supervisa a los distritos escolares en el condado.
Después de los cambios a la ley en Sacramento, ¿qué tan satisfecho está con la versión final?
Esta es la oportunidad más significativa para cambios reales en el distrito, en décadas. Y el alcalde está muy bien situado para aprovecharlo al máximo.