domingo 22 de octubre de 2006
Escuchen a los nativoamericanos
Marta Donayre21 de octubre de 2006
Bajé la cabeza y la sacudí de lado a lado cuando ví el anuncio en la televisión. Empezaba con la imagen de gente blanca, seguida por afroamericanos, latinos y finalmente asiáticos. A medida que cada grupo era mencionado, la pantalla se llenaba de personas y se anunciaba el porcentaje de la población que representaban.
Como de costumbre, los nativoamericanos estaban excluidos.
Pero no nos podemos dar el lujo de ignorar la perspectiva nativoamericana dentro del debate migratorio, y no por razones obvias.
Si, los inmigrantes indocumentados europeos destruyeron el estilo de vida de los nativos. A los primeros pueblos, de Alaska a Tierra del Fuego, los recién llegados les robaron sus tierras, dignidad e historia. Es de suponer que los nativoamericanos saben algo de inmigración.
Muchos de los inmigrantes de hoy son indígenas que buscan escapar del hambre. No hablan español, solamente su idioma prehispánico. Algunos ni siquiera se identifican con su país de origen.
Para ellos el eslógan "Nosotros no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros" no podía ser más real.
En los países latinoamericanos, los indígenas están marcados por la pobreza. Como sus iguales del Norte de América, padecieron del robo de sus tierras y fueron relegados a un estatus de segunda clase simplemente por ser quienes son. Como resultado, muchos tienen que desprenderse de sus tierras ancestrales para buscar trabajo en Estados Unidos.
Los primeros pueblos de Estados Unidos están siendo afectados por las políticas migratorias. Afortunadamente están expresándose al respecto.
Entre el 29 de agosto y el 1 de octubre los nativoamericanos de las fronteras norte y sur se reunieron en la primera Cumbre de las Américas.
Expresaron solidaridad con los inmigrantes y su oposición a la propuesta del muro fronterizo entre Estados Unidos y México y pidieron detener la militarización de la frontera y que el gobierno de Washington respete la soberanía de las naciones nativoamericanas.
Mucha gente no sabe que hay más de 20 tribus que viven alrededor de la frontera y que están sufriendo las consecuencias del debate migratorio.
Agentes federales violan constantemente el territorio de las tribus sin consideración de las leyes establecidas por los tratados. Y ya dentro de estas tierras, los agentes invaden hogares con armas en sus manos, exigiendo papeles.
Además, el muro propuesto cruzará por tierras tribales, incluyendo territorio funerario sagrado—algo que también es una violación a los tratados. La migración de animales también será afectada.
"De acuerdo a nuestras leyes, tenemos que ayudar a los demás en lugar de quedarnos sentados mirando la desvastación", dijo Mohawk Mark Maracle, representante de Mujeres Conservadoras de los Títulos. Ella agregó que el muro podría afectar a la naturaleza. "Si ese muro se levanta, esta nación verá desastres naturales como nunca antes. Afectará a la naturaleza y el orden natural". Bill Means, integrante del Concilio de Tratados Indígenas, fue más lejos y llamó el "muro de Berlín" al vallado a construirse y que podría violar leyes federales como el Acta de Repatriación y Protección de Tumbas Nativo Americanas y el Acta de Libertad Religiosa Nativo Americana.
La actual propuesta del muro y la necesidad de los indígenas de migrar a Estados Unidos tienen algo en común: son el resultado del continuo desprecio y falta de respeto hacia los nativoamericanos desde la colonización europea.
Las políticas nunca fueron establecidas pensando en los intereses de los pueblos nativos y solo favorecen los intereses de los colonizadores.
Los tratados de libre comercio benefician a las grandes corporaciones en detrimento de la agricultura pequeña o de subsistencia. En América Latina, esta agricultura está en manos de capesinos indígenas. Muchos aún viven como lo hacían sus ancestros antes de la llegada de los europeos.
Quienes propusieron la construcción del muro ni siquiera pensaron en las cosecuencias que éste tendría en los pueblos nativos. Las necesidades de cruzar la frontera no son parte de la ecuación, al igual que las necesidades de los campesinos indígenas no son consideradas en las políticas oficiales.
Sé que tengo sangre inca y sé lo mal que son tratados los descendientes de los Incas en su tierra. También sé lo mal que son tratados aquí los descendientes de los primeros pueblos del norte de América.
Nada se puede hacer para regresarles las tierras, su dignidad y su historia. Muchas tradiciones se perdieron debido al colonialismo. Pero todavía tenemos la capacidad de lograr nuevas soluciones basadas en la inclusión y el respeto. Un gran punto de inicio sería incluir las perspectivas y necesidades de los primeros pueblos en los debates económicos y migratorios.
Marta Donayre, co-fundadora de Loves Sees No Borders, e integra el Concilio de Liderazgo de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de la Bahía en el norte de California.
sábado, octubre 21, 2006
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