viernes 13 de octubre de 2006
Apuntaciones en torno a la Cultura Iberoamericana
Antonio Castro Villacañas
¿ QUÉ debemos recordar y homenajear cada 12 de Octubre? A título íntimo y privado, más en unos territorios y hogares que en otros, la Virgen del Pilar, sobre todo en Aragón, y sobre todo en Zaragoza. A título oficial y comunitario, el patronazgo de esa misma Virgen sobre la Guardia Civil, institución armada que tiene la admiración y el afecto de muchos españoles, entre los cuales me incluyo con sumo gusto. Y abarcando un ámbito superior en lo político y en lo histórico, el Descubrimiento de América y su incorporación a un mundo pleno de valores superiores en lo cultural y enlo religioso. Este 12 de Octubre es con toda evidencia el mejor de los tres, y por ello el que debemos cultivar con más atención y respeto. Conviene recordar que -si no me equivoco- antes de nosotros comenzaron a honrar esta fecha y su significado los argentinos, pues su presidente Irigoyen fue quien instituyó en este día la Fiesta de la Raza hispánica, antes de la I Guerra Mundial y cuando todo lo referente a lo racial no tenía el carácter ominoso que alcanzó tras ella. Para librarla de ese matiz y ampliar el pretendido por su creador, durante el franquismo se le festejó como Día de la Hispanidad o Día de la Cultura Hispánica, con el sano propósito de hacerlo en común con cuantos países de América se sintieran ramas y raíces de ese mismo tronco. La desdichada monarquía democrática que sucedió al franquismo, acomplejada por su inevitable e indiscutible condición de ser obra directa de Franco, en su afán de rectificar y contradecir cuanto pudieraunirle a éste para con ello lograr el aprecio de susenemigos, prescindió del adjetivo "hispánico" y se hizo servidora del "latinoamericano", aunque con ello dejara de ser cabeza de león, o de puma, o de águila, para convertirse en una simple pata de las cuatro propias de la loba romana. Yo me precio de haber hecho cuanto ha estado a mi alcance, desde que tuve uso de razón política, en la tarea de contribuir a la conquista y a la difusión de una auténtica cultura hispánica (o si queréis ibero - americana, para no ofender los castos ojos y oídos democráticos), sin pasar por ello factura económica o política como otros hicieron. Entendíamos los jóvenes y los hombres de los años 1940-1970 que cultura hispánica era cualquier tentativa de comunicación humana y el entero proceso de desafíos y respuestas que deriva de ella y se produce a consecuencia de las relaciones internas que impulsa la vida de una unidad de destino común. Esta concepción vital de la cultura abría un abanico más amplio a todos los temas y más ambicioso a todos los resultados que el manejado por Manuel Fraga o Alfredo Sánchez Bella, por ejemplo. Nosotros queríamos darle la palabra a más gente que la ligada por una misma fe religiosa y una determinada tendencia política. Por eso fuimos pronto apartados de ese campo de acción. Sigo -seguimos- creyendo que la cultura es una aventura de comunicación entre personas y pueblos que tienen señas comunes de identidad. Seguimos -sigo- creyendo que se debe romper el viejo esquema que rige el vigente esquema de producción y de consumo de una cultura propia y distintiva de una y veintiuna comunidades históricas, para que no siga siendo producto y disfrute de una minoría. Queríamos -seguimos queriendo- dialogar con el hombre común, con el pueblo simple, de todo el ámbito iberoamericano, devolverle lo que de él recibimos y seguimos recibiendo. Ambicionábamos -continuamos ambicionando- recoger y difundir las voces de cualquier otra cultura que no sean la mera repetición degradada de la que se fabrica en serie para atontar a la opinión pública, para crear en vez de ella una especie de cultura nueva, mas o menos subterránea, a modo de Guadiana político, que surge y se esconde en las calles de las ciudades y los pueblos. Esa cultura popular auténtica, original y propia del mundo hispánico, reveladora de una realidad que el actual sistema político enmascara, profética de un mundo diferente, es lo que deberíamos a mi juicio celebrar, construir, honrar, difundir, en este Día que fue de la Raza y debe ser -más y mejor cada año- el Día de la Nueva Iberoamérica.
jueves, octubre 12, 2006
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