Héroes de importación
02.07.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA
Soldados y mandos, a una sola voz de mando y de obediencia, han denunciado la escasa preparación de la tropa en las misiones de Afganistán y Líbano. La verdad es que sólo están adecuadamente preparadas para morir y, además, en defensa de una patria que no es exactamente la suya, por muchas vueltas que le demos al mapa. Un alto porcentaje de los soldados españoles, soldaditos valientes, son valerosos soldaditos suramericanos. Solemos llamar misiones de paz a las que se establecen en comarcas donde hay guerra. Son ganas de inventarle otro nombre a los frentes de combate, ya que la semántica no está contrapuesta a la estrategia, como prueba el hecho de que a los tradicionales Ministerios de la Guerra se les llama ahora de Defensa, como si excluyeran el ataque que, según algunos entrenadores de fútbol, constituye la mejor defensa.Mientras no estemos todos convencidos de las ventajas del pacifismo estaremos a merced de los partidarios de la guerra y un solo pelotón podría tomar Europa. Queda muy bien reprobar en los Parlamentos toda clase de conflictos armados, pero hay que tomar medidas, ya que lo que resulta indudable es que las guerras suceden. El Ejército español pierde efectivos porque no gana presupuesto. Hay que destinar más dinero a las Fuerzas Armadas. Así como suena. Año tras año vemos cómo se disminuye el número de efectivos. Dicen que eso ocurre desde que la 'mili' dejó de ser obligatoria y le encargamos la defensa de la patria a los que habían nacido fuera de ella. Sólo porque son más pobres. Mal camino que el camino del cementerio se les reserve a foráneos. Hemos delegado el ardor guerrero en muchachos de 18 años, 'mileuristas', generalmente llegados de Colombia. La milicia no es más que una religión de hombres honrados, según Calderón de la Barca, que era un tío antiguo que creía incluso en el honor.
domingo, julio 01, 2007
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