jueves, julio 26, 2007

Javier del Valle, Un verano deportivo agridulce

viernes 27 de julio de 2007
Un verano deportivo agridulce
Javier del Valle
D URANTE el verano eliminamos el mono de fútbol descubriendo otros deportes que aportan igual o mayor espectáculo que el balompié. Siempre quedará la Liga y la “Champions”, pero de momento disfrutamos y sufrimos con las paradojas de otros deportes, que tienen su cuota de pantalla en televisión y que llenan nuestro tiempo de ocio en estos meses de calor. He hablado de paradojas porque desgraciadamente nos hemos vuelto a topar con el fantasma del dopaje en el ciclismo, un deporte herido gravemente. Se nos queda un sabor agridulce, pasamos de admiración que nos genera disfrutar de las gestas de montaña de estos colosos al desprecio más absoluto cuando se descubren nuevos casos de dopaje como el de Vinokurov. Que nos quiten lo bailao, el disfrute de una competencia que no existía en los tiempos de Armstrong e Indurain y la ilusión que genera un nuevo ídolo español, Alberto Contador. Si pienso con frialdad, o con la calentura propia cuando surgen las noticias sobre el uso de sustancias prohibidas o las transfusiones de sangre que manipulan el juego limpio se entienden posiciones como la de una televisión alemana, que decidió prescindir de las imágenes ciclistas cuando se confirmó el caso del participante en el Tour Patrik Sinkewitz. Seguimos disfrutando con nuestros ases en dos de los deportes estrella de nuestros tiempos, Nadal y Alonso. También nos generan sensaciones agridulces. Ambos se han forjado una fama propia de su comportamiento fuera de los campos de batalla. El tenista Nadal sigue cayendo simpático, gane o pierda. El reciente finalista de Wimbledon y ganador del torneo de Stuttgart siempre muestra una cara amable y se expresa con sencillez adolescente, incluso manifestando sincera admiración por su gran rival y bestia negra, Roger Federer. El campeón de Fórmula 1 Fernando Alonso cada día tiene más detractores por su comportamiento y actitud fuera de las pistas. Si no endereza su comportamiento tirará por la ventana el merecido botín de popularidad que se ha ganado al ser el único as español que ha dado el mundo del automovilismo de élite. Los pequeños detalles salpican de suciedad la gloria, como su trifulca con Felipe Masa tras vencer en el Gran Premio de Europa. Todos los deportes de masas tienen sus miserias, pero nunca llegan a la exageración que genera el fútbol en los medios de comunicación. Ya quieren despedazar el proyecto del Atlético de Madrid por perder su primer partido de la campaña ante un modesto equipo rumano, derrota que no resulta mortal pues el conjunto rojiblanco puede remontar la eliminatoria en el partido de vuelta, lo que significaría su clasificación para la Copa de la UEFA. Casi nadie ha tenido en cuenta diversos factores, como la escasa preparación de un equipo que no ha tenido pretemporada y que en el mencionado encuentro no pudo contar con sus estrellas, que se encontraban de vacaciones, ni con los fichajes que remozarán el proyecto del entrenador mejicano, Javier Aguirre.

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