jueves, julio 26, 2007

Florencio Dominguez, Vulnerables

Vulnerables
27.07.2007 -
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

Dentro de pocos días se cumplirán dos meses desde que ETA anunciara el final oficial de la tregua -el real se produjo en diciembre en Barajas- y la reanudación de los atentados. Desde entonces, la banda ha perdido a 17 de sus miembros. Los aparatos militar, logístico y de falsificación han recibido importantes golpes de las fuerzas de seguridad españolas y francesas.Los comandos de ETA habían recibido instrucciones de sus jefes para actuar sin freno a partir del momento en que la dirección de la banda hiciera oficial el fin de la tregua, pero hasta ahora lo único que han conseguido es colocar dos artefactos de escasa potencia a 800 metros de la frontera francesa. Los demás intentos han sido frustrados por los cuerpos de seguridad. En unos casos se han producido éxitos como consecuencia del trabajo de inteligencia antiterrorista de los servicios policiales de los dos países. En otros el éxito hay que atribuírselo a los dispositivos preventivos colocados en instalaciones o zonas sensibles. Por último, hay que contar también con el factor suerte que algunos días ha jugado en contra de los terroristas.La banda etarra lleva varios años realizando cambios radicales en sus estructuras internas para protegerse de la acción policial. ETA se ha reinventado por dentro: ha modificado su organigrama, ha cambiado de función a muchos de sus cuadros, ha abandonado métodos de operar tradicionales y han intentado actuar con otros procedimientos diferentes, ha creado un departamento específico de seguridad, ha renovado la composición de sus comandos y no ha parado de introducir medidas para protegerse.La seguridad se ha convertido en una obsesión para los dirigentes de ETA, hasta el punto de que sus planes resultan casi inmanejables para la propia banda, a pesar de que en ellos se emplea abundante personal, recursos y técnicas. Los hechos demuestran que, pese a tanto esfuerzo invertido en su propia protección, la organización terrorista sigue siendo vulnerable y que el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y los servicios franceses están dispuestos a mantener el pulso con los terroristas. «No sabemos qué hostias pasa, pero así no podemos seguir. Caídas cada semana. Desde que se rompió el alto el fuego (...) Esto viene de allá arriba y lo tendréis que arreglar. Para ver qué hilos tienen cogidos los txakurras (policías) y romperlos». Esto lo escribió un miembro de ETA. Podría parecer que lo redactó ayer después de escuchar la noticia de los arrestos de Aveyron, pero es del año 2002. Ello demuestra lo poco que ha cambiado la situación de la banda en estos cinco años. Pese a todo lo anterior, hay que ser realistas y dejar constancia de que en cualquier momento ETA puede cometer una barbaridad. Trabaja todos los días para conseguirlo.f.dominguez@diario-elcorreo.com

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