La ignorancia tiene cura
02.07.2007 -
FERNANDO MARÍAS
Entre las reacciones que ha provocado la muerte de los soldados españoles en Líbano me ha sorprendido y preocupado la voz, aislada pero no tanto, de algunos articulistas que, sumándose a esa estrategia del PP consistente en calificar de infame, escandalosa o vergonzante toda acción o reacción del Gobierno han optado, tras este trágico asunto, por ironizar despectivamente sobre la Alianza de Civilizaciones impulsada por Zapatero. Considero mala fe, irresponsabilidad o desconocimiento -y en todo caso un disparate muy peligroso- meter en el mismo saco a los islamistas violentos con los musulmanes contrarios a la violencia. La Historia de la Humanidad está plagada de páginas de dolor y muerte surgidas de arbitrariedades similares. A quienes cometen ese error por desconocimiento (hasta cierto punto legítimo y lógico, pues el radicalismo islamista nos afecta de forma directa desde hace poco) me gustaría recomendarles la lectura de 'El ala radical del Islam. El Islam político: realidad y ficción' (editorial Siglo XXI), del profesor, traductor -entre otros, de García Márquez al árabe- y escritor iraquí residente en España Waleed Saleh Alkhalifa. «La opinión pública internacional tiende a asociar a los gobiernos de los países musulmanes con el islamismo radical, cuando la mayoría de los gobiernos musulmanes son laicos y persiguen a los islamistas», se explica al principio de este libro breve, certero y comprometido que nos cuenta nítidamente la historia del fundamentalismo en el Islam, sus exactos componentes políticos y sus -mucho menores en importancia real, pero más llamativos- componentes religiosos.La mala fe no puede curarse, porque es un acto premeditado de nuestra voluntad. La irresponsabilidad, que según la cita de José Martí que abre el libro de Waleed Saleh «sólo puede llevar a la destrucción cuando se ejerce desde el poder», puede curarse o no dependiendo del grado de mala fe que contenga. Pero la ignorancia sí tiene cura. Basta la voluntad de aprender y un poco de ayuda externa, que puede hallarse en los libros. En los asuntos graves que pueden afectarnos, y el radicalismo islámico es, por desgracia, uno de ellos, ese aprendizaje es una obligación moral ineludible. Sin conocer al otro no se puede hablar de él. Y, además, tampoco se debe
domingo, julio 01, 2007
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