viernes 26 de enero de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Que hablen con Danuta, "please"
Danuta Hübner, comisaria de Política Regional de la UE, conoce bien nuestra tierra -ha estado varias veces aquí- y guarda buenos amigos en el finisterre de la Unión. Ayer dio una importante conferencia de prensa en Bruselas para hablar de la imponente crisis demográfica que atraviesa el viejo continente y en algún momento dio la impresión de que hablaba de Galicia.
De sus labios salieron frases de impacto que describían la dispersión y el envejecimiento de la población como elementos que provocan la desertización del mundo rural y ralentizan, si no frenan, el potencial de despegue económico de un país. ¿No les suena todo eso?
Año tras año, desde hace al menos década y media, se viene hablando de lo mismo cuando se establecen las cuentas del Reino o se ponen sobre la mesa las reivindicaciones sociales, económicas, sanitarias... del abigarrado laberinto español.
El concepto de dispersión poblacional aplicado a los desequilibrios terrioriales -un litoral rico y emergente frente al profundo interior deprimido- son elementos del discurso político que caminan a la par del envejecimiento demográfico y que tanto Emilio Pérez Touriño (PSdeG) como Anxo Quintana (BNG) o Alberto Núñez Feijóo (PPdeG) se hartan de esgrimir cada vez que hablan con Bruselas o con Madrid.
Todos ellos tienen un magnífico interlocutor en la señora Hübner y a ella deberían recurrir ahora, cuando desde Madrid se alza el vendaval del inmovilismo burocrático y de la reacción que cree que la solución está en poner mala cara, marcar distancias mediante timbres e impresos por triplicado y poner entre el administrado y la administración un interminable pasadizo jalonado por ventanillas de acuse y recibo para nunca jamás.
Hablamos, está claro, de la pésima posición que ha adoptado el aparato funcionarial de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) - con su presidente Enrique Martínez Robles a la cabeza- desde el mismo día en que surgió la oferta de los astilleros Barreras para instalar en Ferrolterra una factoría de buques de alto diseño y enorme competitividad destinados al turismo náutico internacional.
Robles, en vez de estar planeando el próximo quiebro de la eterna emboscada, debería aplaudir la iniciativa de Barreras y su desafío para hacer frente -con inmensas posibilidades de éxito- en un segmento de la construcción naval que está preñado de futuro.
Porque son precisamente iniciativas así, sugiere la comisaria de Política Regional, las que convienen a las comunidades y pueblos de Europa para impulsar una evolución positiva de sus economías. La cohesión social y territorial, dice, sólo son posibles mediante el fomento económico: todo cuanto favorezca el desarrollo empresarial es bueno para el equilibrio demográfico... y entonces el envejecimiento de la población dejará de ser considerado como un problema para ser tratado como una conquista social histórica. Danuta hablaba del conjunto de Europa, pero dio la impresión de que se refería a nuestra tierra.
LA GUILLOTINA DEL NAVAL
Un fiasco del Gabinete Aznar
Con Danuta Hübner estaba el comisario de Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, que se refirió al brutal despoblamiento de las comarcas interiores que están sufriendo países como Polonia, Hungría, la República Checa o los países del Báltico... donde todos se darían con un canto en los dientes si alguien como Francisco González Viñas, presidente de Barreras, llegase a sus casas con una oferta similar a la que ha pergeñado para Ferrolterra. En cualquier caso, los acuerdos suscritos entre España y la UE a finales de 2004, después del fiasco que el Gobierno de José María Aznar organizó con ayudas ilegales a los astilleros, no pueden convertirse ahora en la guillotina del futuro .
jueves, enero 25, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario