miércoles, enero 24, 2007

Xavier Navaza, Las heridas abiertas de Ferrolterra

miercoles 24 de enero de 2007
POR XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Las heridas abiertas de Ferrolterra
Ha sido como del rayo. La rapidez que Enrique Martínez Robles, actual presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), se ha dado para rechazar sin remisión la posibilidad de que Barreras -un histórico del sector naval en nuestro país- se haga cargo a corto plazo de los astilleros de Perlío, Fene, integrados en la empresa estatal Navantia, ha causado asombro en la fronda política y empresarial de la nación.
Sí, ya sabemos, todo el mundo sabe... que sobre aquellos talleres pesa el acuerdo realizado (diciembre de 2004) entre el Gobierno español y la Unión Europea: una decisión que, a cambio de salvar empleos bajo el paraguas económico del Estado, obligaba a aquellos astilleros a renunciar a la construcción de buques civiles hasta el año 2015. O sea, algo así como una eternidad, en la vertiginosa sucesión de acontecimientos económicos que aceleran el pulso de la sociedad global en pleno siglo XXI. Pero eso no evita que la posición de Martínez Robles, rígida e inmovilista, haya causado estupor en nuestra tierra.
Desde Emilio Pérez Touriño a su conselleiro de Economía, Xosé Ramón Fernández Antonio, pasando por el titular de Innovación e Industria, Fernando Blanco. Todos ellos son conscientes de que una iniciativa así, un impulso empresarial como el que propone Barreras para Ferrolterra, no puede ser despachado sin más con la frialdad de un adusto white collar que se atrinchera tras la laberíntica geografía de la burocracia. No, las deciciones del Gobierno central y de la Unión no pueden actuar como una losa de plomo que condicione el futuro y humille a millares de personas que ansían vivir y trabajar con dignidad: "Aquélla", dice el premier galaico, "fue una salida que sirvió en su día" para intentar suavizar los males que la crisis del sector naval en toda Europa causó en Ferrolterra.
Hoy, ya no. La salida a escena de Barreras demuestra que es posible otro futuro y que lo contrario, poner el horizonte bajo candado, sería tanto como castigar a una especie de cadena perpetua a toda una comarca que en otros tiempos ya lejanos fue el orgullo de los operarios del naval en el finisterre de la UE. Nadie tiene la menor duda de que otro futuro es posible allí. Empezando por los empresarios, que ven en esta iniciativa un signo de esperanza y en un ámbito -el diseño y la construcción de buques de altísimo nivel- que recupera de día en día nuevos mercados y expectativas. Sin embargo, también cunde el escepticismo. Los responsables de UGT, de Comisións Obreiras y de la Confederación Intersindical en la comarca han acogido la iniciativa de los astilleros vigueses con una extraña y descorazonadora unanimidad, preñada de temor y desconfianza. La memoria de las brutales reconversiones navales que trajeron consigo una profunda ruptura económica y social, sigue ahí: mantiene aún vivas y abiertas las heridas de un tiempo que sólo pudo haber sido diseñado por el diablo. La cuestión es saber si, por una vez en la vida, aún es posible que regrese el orgullo y la esperanza de antaño a los operarios del naval.
HORIZONTE 2007
El legado y la semilla de los astilleros
La clase obrera jamás irá al paraíso, recuerden. Si en algún lugar de la tierra se hace realidad esa sentencia de resabios bíblicos, ese lugar es Ferrolterra. Allí, durante mucho tiempo, nacieron y se especializaron los mejores y más cualificados trabajadores del naval que jamás haya tenido Europa. Y hoy, a pesar de los avatares, sigue habiendo semilla para continuar adelante y recobrar buena parte de aquel magnífico legado. Galicia merece y necesita que la iniciativa de Barreras salga adelante .

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