lunes, enero 08, 2007

Rajoy no se fia ni desenmascara a ZpM

9-I-2006
Rajoy ni se fía ni desenmascara a ZP
EDITORIAL

Que un Gobierno que pretende proseguir la colaboración con los nacionalistas culpe al PP por si esta política no logra amansar a la fiera, es como si Chamberlain hubiera tenido la desfachatez de culpar del fracaso de su pacto con Hitler a Churchill.

¿Cómo va a volver el Gobierno del 14-M al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo si aquel era un consenso en el que, acorde a su negativa a pagar un precio político a la "paz", PP y PSOE se comprometían a no llevar a cabo ninguna clase de acuerdo político con cualquier partido firmante del Pacto de Estella mientras no renunciasen al totalitario y falso derecho de autodeterminación? ¿Cómo va a volver este PSOE de Zapatero al consenso antiterrorista con el PP si lo que pretende el presidente es, por el contrario, sumarse a los partidos separatistas para acordar con ellos un nuevo frente anti PP con el que acabar con el actual Estatuto de Guernica? ¿Pero es que ya no hemos vuelto a olvidar de la oferta que actualizaba Ramón Jáuregui, sólo 48 horas antes del atentado en Barajas, de "un nueva reforma estatutaria que sirva de percha de la que colgar la incorporación a la democracia de la izquierda abertzale"?
¿Cree alguien que Zapatero va a renunciar a todo ese proyecto político de cesión a los separatistas y de marginación de la principal alternativa política que constituye el PP por el hecho de que haya estallado en Barajas la impaciencia de ETA por la "lentitud" con la que, según los terroristas y sus socios en Perpiñán, avanzaba este "proceso" colaboracionista? ¿Cree alguien que Zapatero ha renunciado al "proceso" por que ya no cuente con la coartada de la "paz" de esos criminales que, hasta el final de la legislatura, tenían que ser sus pacíficos compañeros de viaje?
Vayan por delante todas estas preguntas retóricas para señalar que, si bien Rajoy, en su última entrevista con Zapatero, ha dado muestras de que no se fía del presidente del gobierno, tampoco sus palabras sirven para desenmascarar, como es debido y ante la opinión pública, a un presidente que utiliza la "paz" y el "fin dialogado de la violencia" como la mejor excusa para proceder, tanto contra las víctimas del terrorismo, como contra su principal alternativa política.
Rajoy prácticamente se ha limitado, entre elogios al Pacto por las Libertades, a señalar que ha salido de Moncloa "sin tener una idea clara de las intenciones de Zapatero" y de que esta reunión no es óbice para que el presidente dé explicaciones ante el parlamento. Está bien. Sin embargo, ¿tanto habría costado que el perfil de la crítica de Rajoy fuera ya proporcional a la infame maniobra que empezó mucho antes del comunicado de "alto el fuego" y a la que Zapatero no ha renunciado después de Barajas? ¿O es que Rajoy no se atreve a cambiar la falsa impresión de que los "fallos" que Zapatero haya podido cometer en este inacabado "proceso" no son otros que los bienintencionados errores que hayan podido cometer sus antecesores? ¿Tanto habría costado que el líder del PP denunciara –por ejemplo– la hipócrita oferta de diálogo recibida en Moncloa, cuando los socialistas, tras el atentado de Barajas, se van a manifestar junto a los separatistas del PNV con un lema en el que se sigue reivindicando el diálogo con ETA?
Eso, por no hablar de las implícitas amenazas del Gobierno del 14-M de hacer "responsable" al PP si Zapatero no logra recuperar la confianza de ETA como para llegar en "paz" a las elecciones. En cualquier caso, que un Gobierno que, en lugar de una verdadera política antiterrorista, pretende proseguir la colaboración con los nacionalistas, culpe al PP por si esta política no logra amansar a la fiera, es tanto como que –salvando las distancias– Chamberlain hubiera tenido la desfachatez de culpar del fracaso de su pacto con Hitler a Churchill.

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