jueves, enero 25, 2007

Kepa Aulestia, Funicular

jueves 25 de enero de 2007
Funicular
KEPA AULESTIA

La decisión de Eusko Alkartasuna de acudir en solitario a los próximos comicios puede convertirse en un test definitivo para el partido de Errazti; tanto para su cohesión interna como para su propia existencia como formación autónoma. Una opción que pone a prueba la pervivencia del partido fundado en torno a Karlos Garaikoetxea hace más de veinte años. Pero el reto no afecta únicamente a EA. Afecta también, no hay que olvidarlo, al PNV. Las alianzas pre-electorales suscritas entre ambos partidos han sido más beneficiosas para EA que para los jeltzales en cuanto al número de electos que cada cual ha logrado colocar en las instituciones. Basta recordar que en 2001 los escaños que perdió la coalición PNV-EA eran jeltzales. Aunque, conociendo al partido de Imaz y Egibar, resulta fácil deducir que sus concesiones a Eusko Alkartasuna respondían a su imperiosa necesidad de concurrir acompañados a la cita con las urnas. Hoy el PNV es el primer interesado en restar trascendencia a la decisión de EA. De ahí que no haya pasado de un lamento contenido ante la pérdida de su socio de coaliciones. Pero esto no ha hecho más que empezar. A finales de los 80 Joseba Egibar describió la relación entre su partido y su escisión como la de los vagones de un funicular, dando por supuesto que el declive de Eusko Alkartasuna comportaría el ascenso del PNV. El entonces partido de Arzalluz intentó que el artilugio funcionara mediante pactos, confrontación y nuevos pactos. Pero se demostró que el comportamiento electoral no obedece a impulsos mecánicos. La formación jeltzale pasó de necesitar que EA desapareciera a precisar de su concurso. No está claro qué es lo que desea ahora: si piensa que es mejor contar con un socio post-electoral o si preferiría acabar con él entre las municipales de mayo, las generales del año que viene y las autonómicas del siguiente. Claro que, con la que está cayendo, nadie puede pretender que el funicular que no funcionó como deseaba Egibar en los 90 vaya a activarse quince años después. Confiados en que, al final, la izquierda abertzale no pueda presentarse, es posible que PNV y EA opten por rebajar el tono de su enfrentamiento. Aunque, lanzada la campaña, no habrá estratega que pueda controlar todo lo que se digan mutuamente. La decisión de presentarse en solitario se convertirá en una prueba nada fácil de superar para EA. Una prueba que, paradójicamente, se librará en Guipúzcoa, que es donde EA ha contado con más partidarios de mantener la coalición con el PNV. Mientras que para el PNV esa misma decisión se convierte en un doble desafío: porque deberá obtener tanta representación como cuando se presentó coaligado con EA y, sobre todo, porque tras librarse de EA se le presenta la oportunidad de formular una política sin tanta adherencia soberanista.k.aulestia@diario-elcorreo.com

No hay comentarios: