jueves, enero 18, 2007

Jorge Vilches, Se votó a ZpM para esto

viernes 19 de enero de 2007
Frente anti-PP
Se votó a ZP para esto
Jorge Vilches

Pero el mecanismo automático de exclusión ejercido por la España zapateresca no sorprende. Se le votó para esto, para reconducir el régimen, rehacer la Transición y corregir el mecanismo que permitió al PP llegar al poder.

La España zapateresca insiste en liquidar a la oposición. Porque los populares representan, dicen, el pasado, la cuneta franquista, la crispación psiquiátrica. Son, según el comediante Friedrich von Luppi, la derecha gótica, execrable, repulsiva, censurable, merecedora no ya de un cordón sanitario, sino de presentarse ante un Comité de Salud Pública robesperriano.
Por esto, las propuestas políticas del PP para cercar a ETA se ignoran. Porque la derecha gótica –por cierto, ¿gótico robusto, gentil o flamígero?– no es democrática, vive de espaldas al pueblo, a los 44 millones zapaterinos. Y así, el socialismo y el nacionalismo lingüístico, profundamente indignados ante el atrevimiento del PP, dan la espalda a su propuesta y sonríen a las cámaras agradecidas. Porque estos aguerridos defensores de la España plural entienden que la pluralidad no alcanza al PP. Porque los populares cometen la osadía de criticar la política antiterrorista que fracasó en la T-4. Una oposición así no merece hablar; se ignora y punto. Lo importante es la unanimidad, no el Estado de Derecho o el respeto a los grupos parlamentarios.
Aun así, antes de que Friedrich von Luppi dicte otra conferencia de pensamiento político, no está de más el recordar que sin oposición no hay democracia. Y no es solamente que el régimen esté pensado como un sistema de pesos y contrapesos tanto institucionales como políticos que asegura el Estado de Derecho. Es que el uso, garantía y consideración de los mecanismos de expresión política, pública y privada, son una prueba de que se vive en democracia.
Pero el mecanismo automático de exclusión ejercido por la España zapateresca no sorprende. Se le votó para esto, para reconducir el régimen, rehacer la Transición y corregir el mecanismo que permitió al PP llegar al poder. El socialismo zapaterista recogió y alimentó el rencor hacia el gobierno de Aznar, hacia aquel accidente democrático que fueron las elecciones de 1996 y 2000. Y no hubo ocasión desperdiciada por el PSOE y sus aliados comunistas y nacionalistas en que no dejaran claro que, pasado el dominio del PP, se "volvería a la democracia".
Lejos quedó aquel "Sagasta del siglo XXI", el hombre del Pacto Antiterrorista, el Zapatero de Redondo Terreros, el que utilizaba palabras como "nación española" o "patria". Porque alimentar el rencor al PP y el hambre infinita de poder de los nacionalistas le era mucho más rentable para alcanzar el gobierno. Y, así, ZP, Caldera y Blanco prometieron un gobierno antipepero, enemigo de Aznar y Bush, alternativo y cultureta. Para esto se le votó. Y aquí está. Pletórico. Encantado de haberse conocido.

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