jueves, enero 18, 2007

Francisco Cabrillo, Elecciones en Francia

viernes 19 de enero de 2007
Mundo adelante
Elecciones en Francia
Francisco Cabrillo

Es razonable pensar que Le Pen supondría un paso atrás en cualquier intento de liberalización de la economía, que Ségolène Royal no haría nada en este campo y que los intentos que seguramente realizaría Sarkozy encontrarían una fuerte oposición.

Con el nombramiento de Sarkozy como candidato a la presidencia, el panorama electoral empieza a aclararse en Francia. Lo cual no significa, desde luego, que no haya que esperar nuevas sorpresas, especialmente por parte del señor Chirac, que seguramente hará todo lo posible para que su ministro no gane las elecciones. Cualquier maniobra por parte del actual presidente es hoy posible. Y en París circulan rumores de todo tipo, muchos de ellos relacionados con los esfuerzos de Chirac para asegurarse la impunidad penal cuando deje el poder.
La sorpresa de estas elecciones ha sido, hasta ahora, la candidata del partido socialista, la señora Royal. Parece que podrá contar con un amplio apoyo popular, a pesar de la mala opinión que de ella tienen las élites políticas y económicas francesas. Este rechazo se encuentra tanto en la derecha como en la izquierda, pero es es especialmente fuerte en ésta última y, en especial, en su propio partido, en el que los ideólogos la consideran una persona de bajo nivel. Pero no son ellos quienes eligen un presidente. En los debates con Fabius y Strauss Kahn ofreció una imagen bastante mala, mucho menos sólida que la de sus adversarios. Pero a los electores les gustó. No se sabe bien si esto se debió a méritos propios o a deméritos ajenos. Pero lo cierto es que sin el enorme desprestigio que han logrado en Francia los políticos, tanto en la derecha como en la izquierda, el fenómeno Ségolène Royal sería impensable.
Fuerte está también Le Pen, del que, curiosamente, en España se habla muy poco. Le Pen fue el segundo candidato más votado en las anteriores elecciones presidenciales, lo que le permitió pasar a la segunda vuelta. Y este año tiene una intención de voto significativamente más elevada que entonces. Una de las cuestiones que se debaten en el país es la siguiente: si Sarkozy fracasara –lo que hoy por hoy no parece muy probable– y Royal y Le Pen llegaran a la segunda vuelta, ¿a quién votarían los ciudadanos de la derecha y de la izquierda? ¿Preferirían los conservadores a Royal? Y, lo que está menos claro todavía, ¿la votarían los comunistas y la izquierda socialista?
Sin embargo, la cuestión de fondo no es tanto quién ganará las elecciones como saber si el nuevo presidente será capaz de llevar a cabo las reformas que la economía francesa necesita. Y en este punto no es fácil ser optimista. Es razonable pensar que Le Pen supondría un paso atrás en cualquier intento de liberalización de la economía, que Ségolène Royal no haría nada en este campo y que los intentos que seguramente realizaría Sarkozy encontrarían una fuerte oposición en buena parte de la sociedad francesa y, probablemente, resultarían insuficientes.
La situación es, sin duda, interesante, y su desenlace será no sólo relevante para los franceses, sino también para España y el resto de Europa. Veremos qué ocurre.

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