lunes, enero 22, 2007

Ignacio Villa, La pasibidad, nueva estrategia del Gobierno

martes 23 de enero de 2007
Política antiterrorista
La pasividad, nueva estrategia del Gobierno
Ignacio Villa

Aunque en principio no habría por qué dudar de la buena fe de un Gobierno que deja que se le escapen los terroristas, pues siempre se puede alegar mera incompetencia, ha llovido demasiado como para conformarnos con esa explicación.

La reacción del Gobierno ante la claridad del fallo del Tribunal Supremo sobre el carácter terrorista de las tramas juveniles de ETA ha sido la pasividad. La decisión no hace sino seguir la jurisprudencia marcada por anteriores sentencias que calificaban como parte de la banda armada a las distintas tramas articuladas en torno a ella y que le daban cobertura económica, social e internacional. Aquel logro fructificó en la legislatura en que el acuerdo del PP y del PSOE permitió acorralar a los terroristas, cuyos éxitos en la lucha han sido desmontados progresivamente por el Gobierno Zapatero al ritmo del proceso de rendición. La decisión del Supremo de considerar a Jarrai, Haika y Segi parte de la trama terrorista nos permite volver al punto inicial del que habíamos salido hace casi tres años.
El problema ha surgido con la actitud del Gobierno, que ha actuado sin ningún entusiasmo, con una frialdad llamativa y una pasividad lamentable. A estas alturas, de los 23 acusados por pertenecer a banda armada, 19 están todavía en libertad. Desde el Gobierno se dice que no ha existido negligencia y niegan cualquier "soplo" que haya facilitado esa huida. Es más, se dan por ofendidos cuando se pone en duda la eficacia del Ejecutivo.
El problema consiste en que, aunque en principio no habría por qué dudar de la buena fe de un Gobierno que deja que se le escapen los terroristas, pues siempre se puede alegar mera incompetencia, ha llovido demasiado como para conformarnos con esa explicación. La inactividad policial contra ETA durante el alto el fuego, sumada al asunto del chivatazo que Garzón ha dejado que duerma el sueño de los justos en su juzgado, permiten y hasta obligan a la sospecha.
Todo indica que será esta semana cuando se reúna el Pacto Antiterrorista tal y como anunció Zapatero en el Congreso hace una semana. Un encuentro que el Gobierno quiere que se convierta en su acta de defunción. Lo cierto es que después del patético espectáculo que ofrecieron la semana pasada el PSOE y sus socios cerrando el parlamento a cualquier discusión sobre el terrorismo, hay que ponerse en lo peor. No sería de extrañar que los 19 etarras en paradero desconocido no sean detenidos. El Gobierno se ha instalado en la pasividad como estrategia a seguir hasta que considere que los ciudadanos han olvidado Barajas y así poder volver al punto en el que estaban cuando Zapatero auguró que en un año estaríamos mejor. Quizá se cumpla, si en ese intervalo sale de la Moncloa.

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