martes, enero 16, 2007

Este Babel es consecuencia de la guerra de estrategias partidistas

Este Babel es consecuencia de la guerra de estrategias partidistas
Aniano Gago

16 de enero de 2007. Los intereses individuales y partidistas desvirtúan casi siempre los objetivos comunes. Zapatero quiere lo mejor para España y Rajoy lo mismo, pero cada uno tiene no sólo un enfoque, una ideología y una estrategia, sino también unos condicionantes que les lleva a tomar decisiones no siempre acordes con la lógica del bien común. Zapatero y Rajoy, Rajoy y Zapatero, quieren que ETA deje de ser el gran problema de España, pero no hay manera de que se pongan de acuerdo. El interés común está lastrado desde el principio. Y mucho más en estas fechas en la que todo lo que se hace pasa por el tamiz las elecciones de mayo. Nada de lo que hacen unos y otros está presidido por la bondad intrínseca o por el azar; todo tiene un sentido, cada paso tiene su camino y cada circunstancia obedece a un deseo. Después del 11-M, que cambió en buena parte el sendero por donde iba a ir la historia España, las cosas están muy revueltas. Si a la natural condición de los españoles, es decir, gente de sangre caliente, pasionales más que razonables, le añadimos circunstancias que no ayudan a la tranquilidad y la reflexión sosegada, nos encontramos con este maremágnum, con este caos político en el que los pescadores que salen ganando son ETA, Batasuna y compañía. Lo dice toda la legión de tertulianos, lo asumen los políticos y se resigna el pueblo. Todos de acuerdo en que las cosas se están haciendo mal, en la dirección equivocada; pero existe una especie de maldición, como la de Casandra del gran y reciente libro de Graciano Palomo, de la que se sabe que nada bueno va a pasar pero que no se ponen los medios para evitarlo. Esto es un aquelarre en el que la conjura de las brujas va a determinar el futuro de España en contra de lo que nosotros mismos queremos. Lo que se juegan Zapatero y Rajoy, Rajoy y Zapatero en mayor es mucho más que unos resultados electorales. Se juegan, de forma individual, el ser o no ser con vistas a las elecciones generales del 2008, y eso tiene una trascendencia especial. Por eso la batalla de las estrategias es tan intensa y tiene a todos en ascuas. Lo del lema de la manifestación de Madrid fue un ejemplo perfecto del Babel político que nos invade, muy en línea con el caos agobiante y de incomunicación de la película del mismo nombre de González Iñárritu. El lenguaje, que en sí mismo lleva siempre lo consciente y lo inconsciente, es el arma válida para todos. Aquí los lapsus linguae es un juego de niños. En esto prevalece la confusión de lenguas porque es la madre de todas las estrategias. Por mucho que unos y otros, Gobierno y oposición, digan, hablen y expongan sobre ETA o sobre el terrorismo en general, nada va a servir para que Zapatero y Rajoy, PSOE y PP, vayan de la mano. El tiempo no favorece las buenas voluntades. Es tiempo de encanallamiento y eso no lo arregla ni Santa Teresita del Niño Jesús que bajara del cielo. Y lo más grave es que la cosa no ha hecho más que empezar. Viendo el cisco que se traen los padres de la patria, los de ETA se deben estar riendo a carcajadas, lo cual que, sabiendo cómo se las gastan, hay que estar preparados para cualquier "accidente" imprevisto. Esto es un sinvivir, justamente cuando las cosas no andan mal y las perspectivas, a pesar del cambio climático, los desajustes presupuestarios y la soberbia de algunas "Taifas", son positivas. Pero, claro, Spain is different, y siempre tenemos que clavarnos aguijones a nosotros mismos. Si no sufrimos, no estamos a gusto. Por eso necesitamos la Semana Santa, o de Pasión: para flagelarnos. Llegará la primavera, pero no será tiempo de juegos florales. Florecerán las rosas, pero con muchas espinas. Nos encantan.

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