domingo, enero 07, 2007

El dialogo con el terror no trae la paz

El diálogo con el terror no trae la paz
Elsemanaldigital.com

8 de enero de 2007. El PSE, a través de su secretario general, Patxi López, ha anunciado su adhesión a la manifestación que Juan José Ibarretxe ha convocado a favor de la paz y del diálogo con la organización terrorista ETA, bajo el lema Por la paz y el diálogo. López ha justificado su participación, junto a los partidos del Tripartito que gobiernan actualmente el País Vasco, explicando que "es el momento de la unidad".López, sin embargo, ha matizado su adhesión, criticando la actitud de los abertzales y el PNV en general y del lendakari en particular. El líder socialista vasco quiere manifestarse "por la paz, porque es nuestro objetivo irrenunciable al que hemos dedicado y dedicaremos todos los esfuerzos desde la fortaleza del Estado de Derecho y los principios democráticos", y cree que Ibarretxe ha forzado indebidamente la inclusión de la palabra "diálogo" en el lema de la manifestación.Pese a todo, López y el PSE se manifestarán pidiendo el diálogo, porque ante todo creen que hay que evitar la "división entre partidos democráticos". Conviene recordar que el diálogo político con los terroristas armados está expresamente impedido por los términos del Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo firmado por el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y el PP de José María Aznar en diciembre de 2000. Dicho acuerdo es el único instrumento político disponible para que los partidos muestren su consenso contra ETA, y sólo el PP y el PSOE se adhirieron –y con ellos el 95% de la opinión pública española-, pero no lo hicieron el PNV, EA ni Aralar, entre los partidos vascos. Por supuesto, tampoco lo hizo Batasuna, que quedó fuera de la Ley de Partidos que surgió de ese pacto.El Partido Popular del País Vasco, por su parte, ha anunciado que no estará en la manifestación de Ibarretxe y que no pedirá ni diálogo ni negociación con ETA. El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, no sólo ha rechazado de plano solicitar el diálogo con los terroristas, sino que ha acusado a los socialistas de "debilidad" con los socios de ETA y de cambiar las alianzas políticas que llevaron a la banda terrorista a su peor situación en cuatro décadas y al nacionalismo vasco al borde de pasar a la oposición en las elecciones autonómicas de 2001.El PSOE, tanto por boca de Zapatero como en palabras del ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, quiere ahora la "unidad de los demócratas". Sin embargo, todos sus pasos llevan a romper el Pacto Antiterrorista que vincula a los dos grandes partidos nacionales. Y las opciones son sólo dos: o el PSOE cree que lo previsto en el Pacto anti-ETA tiene vigencia, y entonces lo que debe hacer es invitar a sus socios parlamentarios nacionalistas, republicanos y de izquierdas a que lo suscriban, para después aplicarlo; o el PSOE ha cambiado realmente de opinión, y cree que no debe aislarse políticamente a ETA. En ese caso es lógico que cambie de aliados, y que deje al PP como único partido fiel a la política antiterrorista concebida en la etapa de José María Aznar con el apoyo de la oposición liderada entonces por Zapatero. Pero si el presidente del Gobierno quiere hacer eso tendrá que ir al Congreso de los Diputados y allí, ante las cámaras de televisión y ante los representantes de la soberanía nacional, con luz y taquígrafos, decir explícitamente cómo piensa enfrentarse al terrorismo etarra. Porque los frutos del "diálogo" ya son conocidos, desgraciadamente, por todos.

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