domingo, enero 07, 2007

Despues del 30-D, ZpM se esconde tras los visillos de la ambigüedad

Después del 30-D, ZP se esconde tras los visillos de la ambigüedad
Antonio Martín Beaumont

Para algunos dirigentes del PP la razón última de los silencios del presidente es "no reconocer que negoció bajo cuerda con una banda terrorista cuando lo negaba por activa y por pasiva".

8 de enero de 2007. El diagnóstico del PP quiere huir de la vaguedad. "Los españoles en esta hora necesitan certidumbres", repite Mariano Rajoy. "Zapatero ha cometido tres errores", dicen en el cuartel general de la calle Génova: "Iniciar una negociación política con ETA; fiarse de una organización terrorista colocando en tregua al Estado; y no haber previsto, antes de comenzar la negociación, cómo podía terminar todo". Con todo, tratan de huir del manido y vanidoso "ya lo dijimos", aunque a veces no lo consigan. Pero lo ocurrido el sábado 30 en Barajas, el atentado de ETA que mató a dos personas y convirtió en escombros el parking de la T4, Jaime Mayor Oreja viene repitiendo que iba a ocurrir desde que el llamado "proceso de paz" comenzase: "Cuando ETA pida la autodeterminación del País Vasco, objetivo al que jamás renunciará, como concedérsela no está en las manos del Gobierno, la banda terrorista romperá la negociación sembrando de nuevo el terror", ha dicho una y otra vez el ex ministro del Interior. La pregunta que brota entre muchos "peperos" ahora y que corre las calles es: ¿por qué ha enmudecido el presidente del Gobierno y se ha escondido estos días en la ambigüedad? Para algunos dirigentes populares la razón última de los silencios de Zapatero es "no querer reconocer que ha negociado bajo cuerda con una banda terrorista cuando lo ha negado a lo largo de estos años por activa y por pasiva".Sea como fuere, ante la confusa situación, el "número uno" popular lanzó un certero torpedo a la línea de flotación del inquilino de La Moncloa, el pasado jueves, para ser consumido por la opinión pública cuando dijo que "estamos subidos en un barco donde parece que no hay timonel". Los silencios y tribulaciones del presidente suenan cada día más a la marcha de un político que ha perdido el rumbo. No parece extraño, desde luego, que el Partido Popular desee que Zapatero acuda, "más pronto que tarde", al Parlamento para que explique allí qué ha ocurrido y cuál es la política antiterrorista que quiere poner en marcha en las próximas semanas y meses. Desde La Moncloa ya se ha anunciado, tras la reunión del viernes del gabinete de crisis –en la que el presidente tuvo que escuchar críticas de sus colaboradores-, que el presidente está dispuesto a hablar en el Congreso a partir del próximo 15 de enero: seguramente ese mismo día, puesto que al día siguiente partirá en viaje oficial a Japón. En la "planta noble" del edificio de la gaviota azul de la calle Génova, por más que lógicamente quieran mostrar prudencia, tienen pocas dudas respecto a que "ha saltado por los aires" la estrategia política de José Luis Rodríguez Zapatero. "Ahora ya sólo le queda renunciar a su política y volver a la única estrategia que ha demostrado funcionar contra ETA: abrazar de nuevo el Pacto Antiterrorista y desde el consenso de las dos grandes formaciones españolas acosar judicial, policial y políticamente a los terroristas", se sugiere de momento desde el PP. Y además, en esta ocasión, andan convencidos los dirigentes populares consultados de que cuentan con el respaldo de la gran mayoría de los españoles, "tanto de los que votan al PP como de los que votan al PSOE". Pero también saben que ese "paso atrás" del Gobierno tendría un coste político que no creen esté dispuesto a pagar el líder socialista "así como así". Por ello, "habrá que hacer todo lo posible para ayudar a que lo dé", dice uno de esos marianistas que sí hablan con el líder casi a diario. El sábado mismo, durante la recepción de la Pascua Militar, Zapatero dejó claro que va a ser complicado que por su boca salga el mínimo reconocimiento de error. Más todavía, para el presidente, si alguien ha roto el Pacto Antiterrorista desde luego no ha sido él, sino el Partido Popular. En el PP se barruntan, tras hablar el presidente de que lo importante de los pactos no son los propios pactos sino respetar su espíritu, de que lo nuevo sea la firma de otro pacto antiterrorista en el que se dé entrada a todos los grupos representados en el Congreso de los Diputados. A todos menos, muy posiblemente, el Popular.

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