viernes, abril 09, 2010

Gundin, Lo que oculta el ‘caso Gürtel’ y la ‘pena de telediario’

viernes 9 de abril de 2010

Lo que oculta el ‘caso Gürtel’ y la ‘pena de telediario’

José Antonio Gundín (Elsemanaldigital.com)

S I en el “sumario Pedreira” se escondiera la prueba definitiva e inapelable que demostrara la existencia de una red dedicada a financiar al PP, que nadie dude de que ya habría sido aireada hace semanas por “El País” con todo lujo de detalles. Es de ilusos confiar, a estas alturas del “caso Gürtel”, en que los 50.000 folios de marras puedan arrojar nueva luz o datos reveladores capaces de darle la puntilla al partido de la oposición. Aquí hay lo que hay y prácticamente todo ha sido ventilado ya de manera sistemática a través de los medios de comunicación afines o controlados por el Gobierno. Esta es una historia de pícaros, buscavidas y golfos de medio pelo que se dedicaban a embaucar gobernantes y políticos del PP con el regalón, la mordida y servicios varios; algunos picaron como pardillos, otros se dejaron querer y los menos fueron engañados.

No es ninguna revelación afirmar que desde hace meses el Gobierno estaba al cabo de la calle de lo que contenía el sumario. Conocía al dedillo todos los detalles de la investigación por la sencilla razón de que la han llevado a cabo funcionarios y organismos que dependen de él mismo: policías, fiscales, agentes tributarios, etc. Aquí no se ha movido un solo papel medianamente sugerente sin conocimiento de Moncloa. ¿Alguien cree que si hubieran aparecido elementos concluyentes contra el PP no los habrían divulgado ya? El “caso Gürtel” es, además de un patio de monipodio que refleja a esa España cutre y pícara que sobrevive a los siglos, una operación política, judicial y mediática que bien merecía un curso en las facultades de Periodismo y Ciencias Políticas. Reúne todos los ingredientes para triunfar como asignatura: las filtraciones periodísticas cuidadosamente planificadas para anular o contrarrestar las malas noticias para un Gobierno que ha batido todos los records del paro; la violación sistemática del secreto del sumario; la publicación parcial y sacada de contexto de testimonios, conversaciones y datos bancarios; el empleo ilegal de escuchas que atentaron contra el derecho de defensa y las garantías procesales; la utilización de los medios de comunicación públicos en la llamada “pena de telediario”; la personalidad del juez instructor, Garzón, ex diputado del PSOE y alto cargo de un Gobierno socialista… El cuadro resulta estremecedor y lleva a preguntarse: ¿Qué es más inquietante: la existencia de unos chorizos que medraban a la sombra del PP o la manipulación planificada de sus tropelías para destrozar políticamente a la oposición? ¿Qué huele peor, los personajillos que recuerdan al Juan Guerra de los años 80 o la pantomima que el Gobierno ha montado en torno a ellos para machacar a su adversario?

De todo ello se concluye que el problema del PP no es que esté involucrado en una supuesta red de financiación, sino que no ha sabido reaccionar frente a una campaña de acoso, desprestigio y manipulaciones instigada desde el poder. El estoicismo con que sus dirigentes han soportado estos meses de descrédito no lo habría superado el mismísimo santo Job, que diría Rajoy. En un país donde la “pena de telediario”, instaurada por el Gobierno de Zapatero, no basta con ser inocente: hay que demostrarlo antes de que empiece el juicio.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=2346

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