jueves, abril 22, 2010

Ernesto Ladron de Guevara, Con el tiempo siempre se descubre la verdad

jueves 22 de abril de 2010

Con el tiempo siempre se descubre la verdad

Ernesto Ladrón de Guevara

U NA de las cosas más importantes que se cinceló en mi mente, gracias a la educación religiosa en mi infancia y juventud, fue el que por encima de todo, como principio esencial, nunca hay que mentir; que la verdad es una de las bases de la nobleza de las personas. Por eso me repugna la mentira, y más cuando se hace de ésta el fundamento de la acción política. Pienso que la política sin actitud de servicio a los demás y sin elementos de honradez como guía de la acción, es repudiable, y acaba siempre despreciando la condición humana. Sin verdad no hay libertad.

En una época que hoy recuerdo con una contradictoria mezcla de arrepentimiento y complacencia, por haber sido coherente con las convicciones que me guiaban, el aparato socialista me llevó a un curso de retórica y argumentación a la Escuela Jaime Vera. Allí, con técnicas muy efectivas se adiestraba a los asistentes a defender una tesis y la contraria con la misma vehemencia y con similar carga argumental en ambos casos. En aquel tiempo yo no entendía cómo se puede esgrimir un planteamiento y al rato persuadir de que la opción opuesta es la mejor, aunque fuera como mero ejercicio retórico. Pero observando la deriva de algunos prebostes del socialismo he entendido el por qué. La razón de tan ladina actitud política la esgrimió Zapatero, pillado por las grabadoras, cuando con un motivo qué no recuerdo dijo a su interlocutor aquello de “…como sea”. Supongo que ese paradigma de la acción política del “…como sea” no tiene ninguna relación con el 11-M. Aunque a veces a uno le da por pensar…

Con el “…como sea” se han hecho múltiples barbaridades. Y quien fundamenta su praxis política en ese aforismo no tiene ningún reparo de mentir con pestilente persistencia.

Por ejemplo, durante mucho tiempo se ha estado defendiendo en el País Vasco y Cataluña, con un halo de cientificismo absolutamente vacío de contenido, pero con mucha capacidad de convicción para mentes angelicales, que el bilingüismo es la panacea y que sin saber euskera –en el caso vasco- no hay futuro. Incluso que gracias a la inmersión lingüística se aprende mejor el castellano, lo cual es un planteamiento para bobos de solemnidad, pues es imposible que una lengua que no se utiliza en la enseñanza se aprenda mejor que en otro modelo educativo donde se pone en juego a lo largo del periplo educacional. Pero, para más abundamiento del discurso sofista, se ha estado insistiendo hasta la saciedad que los modelos de inmersión lingüística son mejores para el aprendizaje integral del conjunto de las asignaturas. Es decir que un alumno puede aprender filosofía, matemáticas, ciencias naturales o la misma teoría de la relatividad de Einstein con más facilidad en una lengua que no es la suya materna que en la propia, pues lo importante es adquirir esa fórmula alquímica que es el nirvana de cualquier vasco o catalán; es decir euskaldunizarse o catalanizarse, para alcanzar, tras lograr ese objetivo, la ciencia infusa, que caería del cielo tal que las lenguas de fuego con las que se representaba al Espíritu Santo bajando de las alturas en el famoso cuadro de El Greco.

Pero miren por donde que leo un titular de prensa en mi tierra vasconizada que dice “La educación vasca, la más cara pero entre las peores de España”. Fíjense en el dato: sólo consigue superar en los resultados de la evaluación a Ceuta y Melilla, pese a que cada alumno vasco cuesta 6.251 euros frente a los 4.888 de la media estadística nacional. Y otra reseña señala que “Un estudio preliminar la sitúa como la sexta comunidad con peores resultados. La influencia de la inmersión en Euskara”. Se refiere a un análisis comparado que se ha hecho en el entorno del procedimiento de diagnóstico Pisa de los resultados escolares. Y parece ser, según ese estudio preliminar, que las comunidades bilingües no quedan en nada buen lugar respecto a las monolingües castellanohablantes.

Hace más de diez años redacté una proposición no de ley, que defendió una parlamentaria alavesa, que fue aprobada con alguna leve corrección por la Cámara vasca, donde se decía que era necesario realizar un estudio comparado de los resultados académicos, desglosados por modelos lingüísticos y redes educativas, tomando como muestras a poblaciones homologables en las variables sociocultural y económica de las mismas. Los diferentes gobiernos nacionalistas, en cuyo seno se han aplicado a la ímproba tarea nacionalista ciertos personajes de Eusko Alkartasuna, partido que ha ofrecido al brazo político de ETA ir en sus candidaturas lo que dice bastante del talante moral de los protagonistas, han estado dando datos manipulados, claramente tendenciosos y sesgados. Han ocultado de forma pertinaz una realidad que la lógica y la experiencia hacían sospechar y que algunos en una soledad asceta predicábamos desde hace dos décadas por lo menos, incluso en libros como el mío de “Educación y Nacionalismo, historia de un modelo”, saboteado de forma sibilina.

Pues va saliendo a la luz la verdad del tema en cuestión, que es, ni más ni menos, que durante más de treinta años se ha estado abocando a miles de jóvenes a un déficit formativo y a un empobrecimiento cultural exasperante. Y de eso hay responsables. Más aún cuando se ha estado gastando en euskaldunización la friolera de 20.000 millones de las antiguas pesetas al año durante todo ese tiempo y se han duplicado redes, se ha despilfarrado en recursos, total para este resultado pírrico que por fin -ya era hora- sale a la luz. Eso si no ocultan su publicación.

Pero no se preocupen, aquí paz y después gloria. Nadie se acordará de que existen unos responsables y que hay unas responsabilidades. Como si no pasara nada…

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5657

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