viernes, abril 16, 2010

Marcello, Los patos y los bufalos del PP

viernes 16 de abril de 2010

Los patos y los búfalos del PP

Marcello

A propósito de Gürtel, Matas y la corrupción en general, mantienen en el PP, y así lo ha dicho reiteradamente Cospedal, que no todos los casos son iguales, argumento que les sirvió para mantener, contra viento y marea, a Luis Bárcenas en su puesto de tesorero, luego sólo como suspendido, después suspendido con despacho oficial y abogado del partido y finalmente en el Grupo Parlamentario Popular del Senado, lo que ha constituido un calvario para Rajoy y el PP, y también para el propio Bárcenas que sigue ocupando portadas en medios de comunicación.

Con Paco Camps ha vuelto a pasar algo parecido. Pero he aquí que ahora vuelve a primeros planos de la actualidad al admitir el Tribunal Supremo el recurso interpuesto por los socialistas valencianos contra el archivo de sus causas y trajes que en su día decretó el Tribunal Superior de Valencia, entonces presidido por un magistrado que decía ser “más que amigo” de Camps. ¿Qué hará con Francisco Camps el PP de Rajoy si el Tribunal Supremo decide abrir juicio contra él? Esperanza Aguirre –aunque tiene pendiente el grano del policía Gamón- si ha cortado por lo sano en el campo político y ayer mismo pidió a sus tres ex diputados implicados en Gúrtel, que se dieron de baja en el PP, que abandonen la Asamblea de Madrid y dejen su escaño, lo que está muy bien y constituye una clara diferencia con la situación de Bárcenas en el Senado.

Está claro que la decisión de Rajoy de no cortar por lo sano, marginando a todo dirigente que esté contaminado por la corrupción, tarde o temprano acaba volviéndose contra este partido que está, de un tiempo a esta parte, más dedicado a dar explicaciones que órdenes lo que es una mala señal y permite al gobierno y al PSOE distraer el debate de la crisis económica, como se apreció en la fría y seca respuesta de la vicepresidenta Salgado a Soraya Sáez de Santamaría en la última sesión de control del Congreso de los Diputados. Y no digamos a los medios que son satélites del PSOE y del gobierno de Zapatero que se ponen las botas con esta munición.

En los últimos meses ha circulado por la sede central del PP un tenso debate sobre qué hacer con sus políticos implicados o imputados en casos de corrupción. Y a este propósito se hizo uso del símil –que algunos atribuyen a Álvarez Cascos- de la caza de patos y búfalos. El relato viene a decir que cuando un cazador dispara a una bandada de patos en formación y cae un pato los demás mantienen la formación y siguen su vuelo migratorio como si nada hubiera pasado. Y esto es lo que algunos sectores más conservadores del PP le critican a Rajoy, como el presunto jefe y guía de las escuadrillas de patos que no parece inmutarse ante la caída en desgracia de algunos de los suyos por casos de corrupción. La reacción de los búfalos, se cuenta, suele ser distinta y más solidaria con su manada, de manera de que cuando un búfalo es abatido por los disparos de un cazador el resto de la manada se reúne y ataca en estampida contra el tirador. Con lo que se viene a decir que, frente a los ataques políticos por presunta corrupción, el PP lo que debe hacer es unirse y defender a todos los suyos al menos hasta que no haya sentencia condenatoria, lo que constituye una crítica a Rajoy.

La verdad es que, ante los distintos casos de corrupción, Rajoy y su equipo directivo actuó de una manera asimétrica y bien distinta, defendiendo, por ejemplo a Bárcenas –al menos en una primera instancia- y a Camps con el modelo del contra ataque de los búfalos, y actuando en otros casos de forma displicente y dejando caer a políticos de segundo nivel en varios casos en los que los indicios eran flagrantes y los protagonistas de menor cuantía, siguiéndose así ese otro modelo de los patos que siguen volando a su aire mientras cae unos de los suyos.

En realidad, Rajoy se ha quedado a mitad de camino entre el modelo de caza de patos y búfalos y ha actuado de distinta manera con unos y otros, lo que le ha obligado a rectificar y recular poco a poco (como han hecho con Bárcenas) y lo que, por ejemplo, ahora, los tiene en vilo con el caso de Camps. Porque si el Tribunal Supremo sienta en mayo en el banquillo al presidente valenciano los cortafuegos puestos por Rajoy y por el PP valenciano y nacional no servirán para nada y, finalmente, Camps caerá como un pato en la cazuela judicial y los populares se verán en la necesidad de buscarle un sucesor (o sucesora, en la persona de Rita Berberá), otra vez tarde y mal.

En el caso de Camps había indicios suficientes de presuntos delitos o irregularidades y, en todo caso, clarísimas responsabilidades políticas por su clara connivencia con el club valenciano de Gürtel. Y Rajoy y el PP hicieron oídos sordos, y se reunieron, como en el caso los búfalos, en la plaza de toros de Valencia para aclamar a Camps y para contra atacar. Pero ¿qué ocurrirá si el Supremo sienta en el banquillo a Camps? Habrá que esperar, aunque Rajoy y equipo deberían de preparar una estrategia por si llega la hora de la verdad.

http://www.republica.es/2010/04/15/los-patos-y-los-bufalos-del-pp/

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