viernes 16 de abril de 2010
De la Ru486 a Blancanieves
Javier Pérez Pellón
La señora Mara Carfagna es toda una bella ministra de de 35 años, extraordinariamente bien repartidos a lo largo y ancho, incluídos recovecos, de una espléndida anatomía. Se ocupa de la cartera ministerial del gobierno italiano de Le Pari Opportunità (Igualdad de oportunidades), es decir una colega a distancia, – por una parte está separada por el Mar Mediterráneo cuyas aguas pueden ser misurables en estudios hidrográficos y por la otra inmensurable ya que pertenece a la materia gris cerebral y a una de sus lógicas derivaciones, el sentido común – , de nuestra impar ministra coño (ya lo he dicho más de una vez, declarándose miembra, ella misma se ha definido el femenino de miembro, o sea coño, en el lenguaje vulgar de la calle (en italiano figa, breva) que, según cualquier diccionario de la lengua española, es “el órgano de la generación en el hombre y en algunos animales”.
Pues bien, la bella ministra italiana, licenciada brillantemente en Derecho por la Universidad de Salerno y que tiene una pasado de “show girl” y de presentadora televisiva, amén de podérsela contemplar en un calendario Pulcra mulier nuda erit, quam purpurata pulchrior (Plauto) (La mujer bella será más bella desnuda que vestida de púrpura), habiéndose así acaparado la atención de su jefe, ese mandril de Silvio Berlusconi, que aquí tenemos como presidente del gobierno, ha tenido a bien el rechazar cualquier propuesta de matrimonio entre homosexuales.
¿Su razón? Pues que “no existe ninguna por la cual el Estado deba reconocer la pareja homosexual a la vista de que constitucionalmente es estéril y que para amarse de verdad el requisito fundamental es el de poder procrear”, abrazando así la tesis de Francesco D’Agostino, profesor de Filosofía de la Pontificia Academaia por la Vida ¡Con la Iglesia hemos topado! ¿Y las parejas heterosexuales que por alguna razón no pueden procrear? En cuanto a estas últimas un poco de bronca si ha habido, aunque exista la solución del embarazo asistido.
Pero, la noticia es de hoy mismo, el caso es que el Tribual Supremo Constitucional ha rechazado de plano los recursos administrativos que pedían, por pensarlos constitucionalmente válidos, los matrimonios gays. Aunque esta alta Corte de Justicia haya pedido al Parlamento que, de una u otra forma, regule la convivencia de hecho de muchas parejas de homosexuales, de cerolos y de tortis.
Y ya que nos hemos metido en el terreno de la lencería, una vez más, el Ministerio de Sanidad vuelve a sancionar la obligatoriedad de utilizar la RU486, la aquí llamada píldora del día siguiente, sólo en régimen hospitalario, y nada en day hospital, y permanencia en el mismo con la discrecional dada de alta por el médico que cuidará de que no existan complicaciones secundarias, incluídas las cardíacas, que puedan poner en peligro la salud de las pacientes. Considerando que el tiempo máximo improrrogable es el 48 días después de la gozada jodienda.
Por tanto nada de abortos a gogó, algunos auténticos crímenes, por aquello de que los seres vivos si son seres humanos aunque su ciclo vital se esté desarrollando dentro del seno materno, algo que la suprema ignorancia científica, aparte de otras lagunas imponenentes de su jaracandoso vacío pensante, niega nuestra ministra coño.
A mi, español quizás a la antigua a juzgar por el desmorone, desmadre, ético-moral de nuestra imbecilidad colectiva, ya bastante italianizado a fuerza de vivir tantos años baja la protección del Coliseo y de la Cúpula de Miguel Angel, me sienta muy mal que nos tomen el pelo en este país.
La última presa per il culo (tomadura de pelo) es lo de Blancanieves, la Cenicienta, Caperucita y la Bella Durmiente ¿Pero ministra coño o coño de ministra? ¿De dónde ha salido usted? Estamos hablando de fábulas (que, por otra parte, algunas son obras maestras de la literatura). Mundos imaginarios y maravillosos donde a los niños, y a los mayores, se les pide una suspensión temporánea de credulidad para sumergirse en el fantástico del cual, después, se retorna para caminar por la vida de siempre. Eliminarlo del horizonte infantil, en nombre del políticamente correcto, es un crimen contra la fantasía. Y por lo que tiene de ser emanado por un gobierno mal llamado progresista, para mi un gobierno faccioso y como tal fascista y autárquico, como correponde al presidido por J.L.R.Z, es una medida de tal cojonería ignorante de dar envidia al más encallecido régimen reaccionario.
http://www.republica.es/2010/04/15/de-la-ru486-a-blancanieves/
viernes, abril 16, 2010
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