lunes 19 de abril de 2010
¡Bendita sea la madre que os parió a todos!
Félix Arbolí
L A noticia y el video me ha llegado a través del correo de un gran amigo, alto cargo de la Armada, ya retirado. Me he quedado como se dice vulgarmente flipado y he bendecido los 48 años de servicios que he prestado a nuestra Marina, aunque fuera como civil. Me honra y satisface y más aún después de este tan gratificante correo recibido. Se refiere a las procesiones que se organizaron en el buque de guerra español “Galicia”, destacado en aguas iraquíes, para celebrar la Semana Santa a bordo. Era un espectáculo insólito e impresionante ver a sus hombres y mujeres uniformados, serios y recogidos, con su Comandante al frente y ayudados por el Capellán, trasladando las imágenes en andas y a hombros por la cubierta del buque. Fueron tres pasos, un Crucificado, (el “enemigo” de algunas escuelas e instituciones), una Virgen, creo que la Dolorosa, y cerrando la terna, la Patrona de la Marina, Nuestra Señora del Carmen, a la que la dotación, acompañada de la banda de música, cantaba la Salve Marinera. Algo digno de verse y nunca olvidarse. No puedo negar que me emocioné y me escaparon unas lagrimitas. El nudo lo tenía en la garganta.
Fue, según citaban, un acto voluntario, pero no creo que faltaran muchos a juzgar por los que intervenían y presenciaban. Un Teniente Coronel, con uniforme de camuflaje me parece recordar, leía o improvisaba una bonita y emotiva oración sobre el significado de esta festividad y el acto que se conmemoraba. Nada dejado al azar. Hasta el detalle de ir presidiendo el cortejo el propio Comandante y Capellán, e ir como porteadores ocho oficiales o suboficiales, no se les distinguían sus graduaciones, ni falta que hizo. Bonito y emocionante espectáculo de fe y españolidad, porque estos actos son peculiares de nuestra España de ayer, de hoy y de mañana, aunque se empeñen los empecinados detractores de nuestras creencias en desterrarlas de nuestra vida.
No se como le habrá sentado la noticia a Carmen Chacón, pero por menos ha respondido con ira y con soberbia. ¿Cree acaso que poniendo esa cara de asco y mala leche en los actos a los que asiste y preside puede impresionar o acojonar a alguien? Terca y nula tarea, porque ella volverá a la nada y al ninguneo del que salió y nuestra fe, nuestra gloriosa e ilustre Marina y la bravura y decisión de sus mandos seguirán marcando la vida española, de la que a lo mejor para todos, ya no forma parte. ¡Dios podría hacer ese milagro!
De todas formas y que perdonen mi punto de vista, siempre he sido un admirador y entusiasta de los caballeros del “botón de ancla”, (a todos los niveles de sus escalafones), porque siempre he visto en ellos reflejados una lealtad sin límites a España y a su Bandera, que fueron ellos los primeros que la izaron y adoptaron,- no lo olvidemos-. Y lo digo por experiencia y razonamiento pues me he pasado veinte largos años trabajando en su Juzgado Central, incluso en los tiempos del 23-F. Guardo un inmejorable recuerdo de esa larga etapa de mi vida, donde me afiancé y con creces en el amor a la Patria y el respeto a nuestra fe.
Me gustaría que el nombre de tan honorable Comandante, junto a los artífices de esta maravillosa idea, no se perdieran en el olvido, para que cuando cambie el panorama y volvamos a ser un pueblo hermanado, digno y respetuoso con nuestros símbolos y tradiciones, se rescatara para el reconocimiento y la memoria, pero la verdadera no esa pantomima cargada de dinamita que se han sacado de la manga. Ya era hora de que un valiente saliera a la palestra y demostrara sin pudor sus convicciones. ¡Dios bendiga al buque “Galicia”, con base en Rota y una dotación mayoritaria de andaluces, por el magnífico ejemplo que han ofrecido ante la indiferencia de tantos pusilánimes que sólo se dan golpes de pecho donde nadie les pueda descubrir!
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=2355
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