lunes 19 de abril de 2010
Pero ¿qué se espera de la Sentencia?
Wifredo Espina
F UE un error hacer un nuevo Estatut antes que modificar la Constitución”. Palabras reveladoras de todo lo que está pasando. Diagnostico y pronóstico certeros del ex President Paqual Maragall, que como promotor principal, junto con Zapatero, del texto estatutario catalán, sabía bien las intenciones de fondo de aquella operación. Nada menos que modificar indirectamente el texto constitucional con un Estatut que lo desbordara. Aquí está el quid de la cuestión.
Por esto tiene razón Joan Puigcercós, presidente de Esquerra Republicana, cuando advierte que la esperada sentencia sobre el Estatut está en manos de “quienes quieren recortarlo y quienes quieren recortarlo más”. Nada de magistrados progresistas y conservadores, Inevitablemente el Estatut saldrá recortado; más o menos, pero no será el exactamente el mismo. Y esto por lo que ya reconoció Maragall, porque antes no se había modificado la Constitución, dentro de la cual parece que aquel no cabe.
Este es el problema con que se enfrentan los magistrados del Tribunal Constitucional, progresistas o conservadores. Como definíamos aquí, se trata de la cuadratura del círculo. Cambiarán los ponentes, podrán cambiar los magistrados, como pide el president Montilla que se sustituyan los están en discutible prórroga; el problema siempre será el mismo. Son y serán magistrados, del color que se quiera, pero magistrados que tienen que aplicar e interpretar la ley. ¿Que se espera, entonces, de la sentencia del Alto Tribunal?
Como no se puede esperar, como algunos exigen, que la sentencia “no modifique ni una coma”, cabe pensar que, en el fondo, lo que algunos esperan es que salga para armar bulla o algo más: inestabilidad política y social. Ya lo dijeron Barrera y Carretero: nos interesa que la sentencia se cargue de plano el Estatut porque esto dará alas al independentismo.
Cabe confiar en la serenidad y el temple del President Montilla, que se mueve hábilmente entre su obligación institucional de respetar el Estado de derecho y velar por todos los catalanes, y las presiones de algunos sectores radicales, entre ellas las alocadas de quienes, como el republicano Ridao, piden repetir el error de Companys declarando la independencia en el nefasto 6 de Octubre, que fue fatal para Cataluña y para España.
Modifique muchas o pocas comas, guste más a unos que a otros, la dicten los actuales o los renovados magistrados, la sentencia clarificará, al menos, la actual situación de incertidumbre jurídica sobre el Estatut, prevista ya, a destiempo, por el propio ex president Pasqual Maragall.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=2356
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