miércoles, abril 21, 2010

El velo sigue prohibido

El velo sigue prohibido

Miércoles , 21-04-10

SE complica el asunto del velo islámico en el Instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón (Madrid). El apoyo de algunas compañeras también de origen musulmán a la joven Najwa ha desatado una polémica alimentada artificialmente desde algunoss medios y redes sociales. A su vez, el ministro Ángel Gabilondo se ha descolgado con unas declaraciones poco afortunadas al asegurar que el velo «no ofende» a nadie al tiempo que dice que no es comparable con el crucifijo. Su afirmación de que lo prioritario es el derecho a la educación de la niña debería tal vez extenderse a otras situaciones en las que el Estado impone contenidos en las asignaturas sin atender al criterio de los padres. Sin embargo, a pesar de tantas presiones, el Consejo escolar del centro -integrado por la dirección, el claustro y los padres de alumnos- ha decidido mantener la normativa vigente y no tolerar el uso del hiyab. Es una solución acertada porque ceder en este delicado asunto sólo habría servido para salir del paso provisionalmente y aplazar una solución de fondo a costa de los principios básicos de un Estado democrático y de derecho.
Por lo demás, es inútil eludir los problemas que se pueden plantear a medio plazo con mayor virulencia respecto de otras prendas como el «burka» o los emblemas de ideologías antidemocráticas. El velo islámico nada tiene que ver con la libertad religiosa, sino con una tradición en cuyo origen se sitúa la sumisión de la mujer a la voluntad de padres y maridos. Es absolutamente incoherente que determinados sectores que se dicen progresistas muestren una total intransigencia hacia otro tipo de símbolos y asuman, en cambio, con una cínica naturalidad las «peculiaridades» islámicas en materia de atuendo femenino. Por ello es digno de elogio que el centro haya mantenido su postura de vetar que los alumnos puedan cubrirse la cabeza, sea con un hiyab, sea con una gorra occidental. La sociedad española no debería permanecer al margen de esta polémica y sí afrontar con decisión, y en evitación de problemas futuros, un conflicto que sólo debe ser enfocado con plena adhesión al principio de igualdad entre el varón y la mujer; a la legalidad vigente en una democracia libre y plural; y con escrupuloso respeto a la distinción y los límites que, se quiera o no, las normas establecen para la esfera de lo privado y lo público.

http://www.abc.es/20100421/opinion-editorial/velo-sigue-prohibido-20100421.html

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