Paro y sindicatos
JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Viernes , 16-04-10
MIENTRAS esperamos que se aleje la nube volcánica sobre Europa y sobre el Tribunal Constitucional, ¿recuerdan ustedes cuando Otegui era «un hombre de paz»? ¿Y cuando trasladaron a De Juana en «huelga de hambre» a un hospital de San Sebastián, donde pudiera ducharse con su novia? ¿Y cuando Zapatero ofrecía a ETA -según Ibarretxe- más de lo que ofrecía al PNV? ¡Qué tiempos aquellos! Y qué metedura de pata del Gobierno, desoyendo las advertencias de que ETA no negocia, sólo asesina. Hoy, ese mismo Gobierno está haciendo lo que le decía el PP: perseguir a los asesinos. Lástima que se hayan necesitados varios muertos y bastantes seguidores de ETA en los ayuntamientos vascos para convencerle de su error.
Vienen estos amargos recuerdos a propósito de otro cambio de igual calado, esta vez en el mercado laboral. Hasta ahora, un tema tabú, que si se citaba era para decir que el PP quería el despido libre. Algo tan falso como que ETA quería negociar. Pero la maldita crisis está convenciendo a Zapatero y sus acólitos de lo que no habían podido convencerles todos los expertos económicos: que un mercado laboral rígido no crea empleo. Al revés, lo destruye. Es como vamos camino del 20 por ciento de paro, sin que las peonadas, subsidios y otros parches arreglen nada. Así que empiezan a recular, a su manera claro, esto es, mintiendo. Hablan de «modelo austriaco», de «crear fondos para cada trabajador en caso de despido», de «unificar» la indemnización a 33 días por año trabajado, no importa si el despido sea procedente o improcedente. O sea, abaratar el despido sin decirlo, sin reconocer que se habían equivocado y que hemos perdido dos años preciosos para ajustar nuestra economía a las exigencias de la crisis. Por eso estamos a la cola de la recuperación y seguiremos estando si no se toman medidas dolorosas como ésta.
Pues una cosa es clara: si un empresario sabe que no puede prescindir de un empleado -o le resulta extremadamente difícil o costoso- en momentos de apuro, no lo contrata. En cambio, si sabe que puede prescindir de él cuando las cosas van mal, ampliará su plantilla en cuanto van bien. Tan simple como eso.
El Gobierno empieza a comprenderlo tarde, lenta y sin admitirlo. Su problema es que, a diferencia de pasar de negociar con ETA a perseguirla, en lo que tenían al país detrás, en una reforma del mercado laboral tiene enfrente a unos sindicatos opuestos a ella. Unos sindicatos que representan a los cada vez menos trabajadores con contrato indefinido, a los «liberados» de trabajar, y a ellos mismos, que son los más liberados de todos, pues sólo organizan manifestaciones y actos como el de la universidad. Vamos a ver qué es lo que teme más Zapatero, al paro o a las manifestaciones.
Llevando las cosas a su extremo, podría incluso decirse que los mayores promotores del paro hoy en España son... los sindicatos.
http://www.abc.es/20100416/opinion-firmas/paro-sindicatos-20100416.html
viernes, abril 16, 2010
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