miercoles 21 de febrero de 2007
POR XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Un Gobierno sin contactos en la UE
Primero ha sido la negativa de la Comisaria de Competencia de la UE, Neelie Kroes, que ha decidido eludir al conselleiro de Innovación e Industria (Fernando Blanco) para desentrañar el absurdo y misterioso asunto que impide que algunos de nuestros mejores constructores de buques trabajen libremente en Ferrolterra. Y ahora llega, sin solución de continuidad, el rechazo de Bruselas a la petición de ayudas para paliar los daños sufridos por nuestra tierra durante aquellos diez días del mes de agosto de 2006, que pusieron a media Galicia a las puertas del infierno.
En ambos casos, el Gobierno que preside Emilio Pérez Touriño ha ofrecido una imagen de intensa y gélida soledad: nadie, de Madrid al corazón de la Unión, ha puesto un mínimo de pasión en la defensa de este pequeño país del finisterre europeo que sólo pide que le dejen poner en práctica todo su potencial de creatividad y de espíritu empresarial y que, como han hecho antes otras naciones mucho más poderosas que la nuestra, no demanda otra cosa que un poco de solidaridad cuando la naturaleza descarga su ira sobre la vieja piel de su territorio. Al parecer, somos el eterno corredor de fondo: siempre a la busca de un paisaje amigo que nos indique que el fruto de nuestros esfuerzos está, al fin, al alcance de nuestras manos. Y nada indica que no sigamos así durante una interminable década más.
Sostiene la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que los criterios del Fondo de Solidaridad de la UE deberían cambiar de criterios para que un país como el nuestro no necesite caer al fondo del abismo, situarse en la frontera del colapso, para que Europa nos tienda su ayuda con generosidad cuando realmente lo necesitamos. A buenas horas, mangas verdes. Nadie, de su departamento ni de ningún otro ministerio del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, puso toda la carne en el asador para que en Bruselas se oyese la voz de nuestra tierra. Y desde Compostela tampoco se hizo lo necesario para remediarlo. Al contrario, quienes aquí esgrimieron las tesis de una trama de incendiarios abonaron el terreno a la contra, proporcionando argumentos a quienes ahora han decidido rechazar la concesión de ayudas a Galicia: si se trataba un compló de pirómanos en comandita, aliados de la mano negra, el problema pertenecía al ámbito del orden público y no al de la solidaridad. El hecho de que el Gabinete Touriño presentase unos resultados de los incendios muy a la baja, minimizando en lo posible sus efectos, hizo el resto. La negativa estaba cantada y el PPdeG, con perdón, se hartó de relatar la crónica de una negativa anunciada hasta la saciedad. Todo esto es deprimente. Pero habrá más: verán cómo sigue primando el criterio del presidente de la SEPI y de su jefe directo, el superministro de Economía, Pedro Solbes, para que se mantenga sobre Ferrolterra un oscuro y secreto veto que contradice al espíritu fundacional de la UE. Entre tanto, seguiremos aislados y en silencio, sin contactos con las esferas de decisión de la vieja Europa. Don Emilio, tenemos un problema.
LA GREÑA SEVILLANA
Escarmentar en la cabeza de los demás
El fiasco abstencionista del referendo andaluz polariza la greña política en el Sur y el popular Javier Arenas exige que el presidente Manuel Chaves -al igual que Pasqual Maragall en Catalunya- convoque elecciones anticipadas y disuelva la asamblea de Sevilla. Imaginen lo que hubiese sucedido en Compostela si, por un momento, Alberto Núñez Feijóo, Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana se hubiesen puesto de acuerdo en la reforma. Mejor es que los tres escarmienten en cabeza ajena .
martes, febrero 20, 2007
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