miercoles 28 de febrero de 2007
MANUEL MOLARES DO VAL
crónicas bárbaras
Homilia de la New Age
Queridos hermanos: nuestra misión es prohibiros la libertad de que os dañéis a vosotros mismos. Pretendíamos que adoptarais el talante zen de la Nueva Era y que cuidarais vuestro cuerpo, templo del talante de paz y de solidaridad, pero vuestra afición al vino ha recomendado retirar el proyecto.
En lugar de un país de borrachos, queremos que seáis ejemplo de pureza, y por eso quisimos también que vuestros pulmones permanecieran limpios de contaminación tabaquil, por lo que dictamos mandamientos que castigan ese vicio en lugares cerrados.
Queremos que evitéis otra de las idolatrías del siglo: el consumo de las hamburguesas gigantes. Porque pecáis contra la santidad y la sanidad al consumir productos de las cadenas de comida rápida, iglesias de ese vicio yanqui-imperialista, mientras rechazáis nuestra buena nueva dietética y antiglobalizadora.
Pronto os exigiremos que abandonéis la ingesta de colesterol. Os recomendaremos que rechacéis comer carne de cerdo, impuro animal, cargado de malas sustancias.
Deberíais seguir un ramadán para aprender a sacrificaros. Para que ayunéis, como De Juana Chaos, la vicepresidenta De la Vega y la ministra Salgado.
Humos y polvillos son incienso sacrificial para nuestra mística New Age. Deberíamos legalizar su comercio -el consumo ya lo está- como propone nuestro hermano de fe, el consejero de Interior de la Generalitat de Catalunya, Joan Saura.
martes, febrero 27, 2007
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