Sarkozy, favorito de Francia y amigo de España
Elsemanaldigital.com
28 de febrero de 2007. Nicolas Sarkozy, candidato a la presidencia de la República Francesa en las elecciones del próximo mes de abril, y presidente también de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), convocó ayer martes un mitin en Madrid para los ciudadanos galos residentes en España. Sarkozy no es desconocido en nuestro país, con el que mantiene estrechos vínculos y hacia el que ha demostrado un interés poco habitual entre los políticos franceses. España, por su parte, mira con atención al principal candidato en unas elecciones que se anuncian como muy reñidas y en las que muchas cosas que nos afectan están en juego. Empezando por el futuro de la Unión Europea.Como ministro del Interior de Francia, Sarkozy se entrevistó ayer con su homólogo español, Alfredo Pérez Rubalcaba, y con el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. El francés no deslizó ninguna crítica en su encuentro con los medios tras las entrevistas, ya que, según sus propias declaraciones, la relación entre las dos naciones y su sintonía en una serie de temas debe quedar por encima del color del Gobierno de turno. Sarkozy es un candidato abiertamente derechista, que no rehuye esa colocación política y que encabeza todas las encuestas, y Zapatero representa en Europa una izquierda radicalizada. Sin embargo, el clima cordial de ayer es una buena noticia para todos. El proverbial talante de Zapatero se quedó pequeño ante la sonriente firmeza del candidato francés, hijo de inmigrantes húngaros.Sarkozy no era, en cualquier caso, un novato en los asuntos españoles. Española es su mujer, Cecilia Albéniz, prima del alcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón, y españoles son algunos de los políticos con los que mantiene mejores relaciones, como el ex presidente José María Aznar, el ex ministro del Interior Ángel Acebes y el líder del PP Mariano Rajoy. Es una generación de hombres públicos que ha querido renovar la vida pública y volver a definir su centro, y que prosigue la tarea a ambos lados de los Pirineos. A la sintonía personal se une la empatía humana, y esto interesa a España por tres grandes razones, aparte de nuestra vinculación económica con Francia: los dos países están unidos en la lucha contra el terrorismo, están igualmente preocupados por la inmigración y las relaciones con los países africanos, y están en un proceso de cambios políticos ante los nuevos desafíos del siglo XXI. En los tres terrenos la posición de Sarkozy es similar a la del centroderecha español.Contra el terrorismo, Sarkozy no necesita utilizar un lenguaje políticamente correcto. Dejando claro su respeto institucional por Zapatero el ministro francés recordó en Madrid la convicción francesa de que el terrorismo se debe vencer sin concesiones. "Es indecente que ETA alegue que el atentado de Barajas no rompe la tregua": no pueden pronunciarse palabras más concluyentes, que vienen confirmadas por los hechos de una larga cooperación contra el terror de la que Sarkozy ha sido protagonista. Como respuesta a la inmigración masiva, a la entrada de países musulmanes en la Unión Europea y a la relación con las civilizaciones vecinas, Sarkozy ha lanzado una iniciativa, "una auténtica Unión Mediterránea que tenga vocación de trabajar estrechamente con la UE y tener, un día, instituciones comunes con ella", basada en la solidaridad y en la cooperación, pero también en la identidad. Y sobre el futuro de la democracia y la reforma del Estado, Sarkozy afirmó su creencia "en el papel de los cuerpos intermedios y de la democracia representativa". Tal vez sea, o tal vez no, el futuro presidente de Francia, pero es ya el preferido del centroderecha español, y un símbolo de la política moderna en las antípodas de Zapatero.
martes, febrero 27, 2007
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