miércoles, febrero 21, 2007

Xavier Navaza, El espeso silencio de los corderos

jueves 22 de febrero de 2007
POR XAVIER NAVAZA
CORRESPONSAL EN GALICIA
El espeso silencio de los corderos
Vitriólico, como en sus mejores tiempos, el ex conselleiro de Pesca Enrique López Veiga ha salido a escena para refrescarnos la memoria con algunas de las perlas cultivadas que algunos ministros del Gabinete que preside José Luis Rodríguez Zapatero nos dedicaron el pasado verano. Era ferragosto cuando el ministro de Interior, con un juego de palabras que se apoyaban y negaban entre sí al mismo tiempo, puso en danza la teoría de la conspiración: la trama oculta, que Alfredo Pérez Rubalcaba no citó expresamente pero cuya ambigüedad fue suficiente para desatar la demoníaca especulación que aún colea hoy en algunos ámbitos de la política galaica.
Y ardía la tierra -tal vez su lengua también- cuando la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, avanzó la posibilidad de que Galicia contase con la mayor parte de todos los pirónamos de la península Ibérica e incluso sugirió que los especialistas de la locura se pusiesen manos a la obra para realizar un estudio "en profundidad y muy serio" sobre la cuestión. Según la Narbona, recuerda ahora López Veiga, las especiales características de los ciudadanos de este país llamado Galicia podrían arrojar una explicación a tanto desafuero: "El aislamiento de los núcleos rurales" y "un nivel de desarrollo socioeconómico muy bajo" podrían dar fe del uso del fuego "como elemento de venganza". O sea, un país de orates sin remedio. Con todo, los peores no fueron ellos. Al ex conselleiro de Pesca, buen conocedor de los entresijos de la Cámara de la UE, le consta que Josep Borrell -presidente del Parlamento europeo cuando el fuego hacía presa en nuestra tierra- realizó una intensa labor de captación en Estrasburgo para impedir que una comisión de europarlamentarios visitase Galicia para conocer los efectos de los incendios. Y lo consiguió: nadie de la UE fue visto por estos lares cuando los viejos castros aún humeaban, como si en ellos se hubiese llevado a cabo una antigua y durísima batalla. Borrell volvió a repetir la faena cuando las riadas de este inusual otoño-invierno bajaron monte abajo, arrasando todo cuanto hallaban a su paso. Y volvió a conseguirlo. Fue, Borrell, un eficaz embajador del silencio que ahora nos ha costado a todos una millonada.
EL CAPOTE
Un verano infernal
El diputado Roberto Castro (PPdeG), que ayer salió a escena acompañando a Enrique López Veiga, torero, le enseñó el capote a Paco Rodríguez (BNG), con escaño en Madrid. Castro conminó al coronel que, si tiene pruebas, vaya al fiscal y denuncie formalmente sus sospechas sobre la existencia de una trama criminal que ya estaría preparando ahora un verano infernal como el pasado .

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