GARGANTA PROFUNDA
Rajoy se ha quitado unos kilitos, o ver la victoria cerca rejuvenece
Elsemanaldigital.com
"Está más joven", dicen unos. "Lleva la V de la victoria reflejada en sus ojos", aseguran otros. "Ha bajado peso y parece mucho más lozano", confirman otros "cercanos" al líder.
5 de febrero de 2007. Los populares andan como motos. Las encuestas les sonríen, por más que su líder, Mariano Rajoy, con modestia y prudencia llame a la calma con aquello de "a mí me vaticinaban ganar por mayoría absoluta y miren dónde estoy". La maquinaria del partido desde luego anda bien engrasada: "A la espera de las elecciones municipales y autonómicas y… de lo que venga detrás", aseguran en el cuartel general del PP. La manifestación este mismo sábado ha sido otro soplo de viento fresco en la popa de la gaviota azul pepera.Encima, el PSOE anda en un mar de dudas con un José Luis Rodríguez Zapatero que, últimamente, se hace el gallego con sus indecisiones de todo tipo. Aunque no falten las malas lenguas que aseguran que más que indecisión, lo que le ocurre al presidente se llama falta de liderazgo. Así se lo achaca ya una "vieja guardia" socialista enfrentada a cara de perro con la "pandilla feliz" que rodea al jefe del PSOE.Nadie sabe en el socialismo a estas horas si el diálogo con ETA se ha acabado o no; tampoco por ejemplo está claro si tienen que apoyar la manifestación de la semana pasada de Juan José Ibarretxe contra los jueces del Tribunal Superior de Justicia vasco o criticarla. El presidente en estos dos asuntos, como en otros muchos últimamente, se ha expresado con tanta ambigüedad que tiene a toda su feligresía echando balones fuera.Así las cosas, no es extraño que por Génova se comente cómo Mariano Rajoy parece cada día que pasa más joven. "Lleva la marca de la victoria ya en su rostro. Y se nota", decía una diputada pepera. "Está más delgado y eso hace que tenga una apariencia más lozana", señalaba un cercano al líder del PP.Sea la V de la victoria reflejada en sus ojos, o que haya perdido algunos kilitos que le sobraban, lo que sí es cierto es que estas semanas el "número uno" popular respira optimismo y confianza. Y lo notan los suyos. Mientras, a Zapatero, que aparecía hace nada fresco y jovial, aparentemente los meses en La Moncloa le pesan como una condena.
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