Para electoralismo del Gobierno, el asunto de la inmigración
Carmen Tomás
Adecco y el IESE cuestionan que la economía española pueda absorber más mano de obra extranjera. ¿Por qué Caldera y Sebastián dicen lo contrario? ¿Serán las elecciones de mayo?22 de febrero de 2007. Es un hecho que estamos en campaña electoral. Aunque muchos tengamos la sensación de que llevamos muchísimos meses en que lo estamos. Cierto que ahora, a tres meses de las municipales y autonómicas, la cosa se ha recrudecido. El electoralismo vale para todo. Hasta, como en el caso de la ministra de Sanidad, para aparcar una ley del alcohol que no había por dónde cogerla, que no gustaba a nadie, pero cuya retirada se ha justificado en el electoralismo que se estaba haciendo con ella. Lo mismo está pasando, y desde hace más tiempo, con los inmigrantes. Hace apenas unos días el ministro Caldera le dijo a los españoles que la economía podía absorber aún 200.000 inmigrantes más al año. En opinión de muchos, otro efecto llamada que sin duda trata de trasladar a la opinión pública, pero sobre todo a los propios inmigrantes, que pueden seguir viniendo, que esto va viento en popa y a ver si así los que puedan votar lo hacen al magnánimo gobierno de Rodríguez Zapatero. Hay que recodar que tampoco hace tanto, apenas designado candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián aún elevó la cifra a muchos más. Pero, hete aquí que dos instituciones independientes, el IESE y Adecco, han concluido un estudio según el cual la llegada de extranjeros excede la capacidad de absorción del mercado laboral español. Dice el informe (Indicador Laboral de Comunidades Autónomas) que los inmigrantes que trabajan en España rondan los tres millones, el 13,9% de los ocupados. De hecho, de los puestos de trabajo creados en España el año pasado, dos de cada tres fueron ocupados por inmigrantes. Sin embargo, añade que el paro entre los inmigrantes es el 20% del total de parados y que ha aumentado seis puntos en un año. Éstos son los datos objetivos y es obvio que no se corresponden en absoluto con las declaraciones realizadas ni por el ministro de Trabajo ni por el candidato a la alcaldía de Madrid. La economía española está creciendo. Esto nadie lo niega. Ahí están las cifras de aumento del PIB. Como ahí están también los desequilibrios que encierra la mágica cifra y también los datos del paro, que con el cambio de metodología y según algunos analistas no reflejan la realidad del empleo y del desempleo en nuestro país. La discusión no es si la economía española crece o no. El asunto es si vamos a ser capaces en el medio plazo de mantener ese crecimiento, es decir, la sostenibilidad de ese crecimiento económico y por tanto del empleo. Es obvio que cuando la economía flojee (y en el medio plazo hay datos que avalan esa afirmación: la competitividad, la productividad, el sector exterior y sobre todo el endeudamiento de familias y empresas), la caída del empleo será eslabón de la cadena de desgracias. De ahí que las mencionadas instituciones que han realizado el indicador laboral señalado se pregunten si no estaremos ya asistiendo a la punta de ese iceberg. Desde luego lo que resulta evidente del estudio es que no hay trabajo para más inmigrantes y de ahí que algunas asociaciones de inmigrantes ya empiecen a mosquearse con la llegada cada día de nuevas personas en busca de trabajo. Hace unos días leí en una web de inmigrantes que cada día llegaban unos mil bolivianos. Ésa es la advertencia y la llamada a la prudencia que encierra. El Gobierno está siendo de todo punto irresponsable y no puede seguir en esa política de que venga todo el que quiera, cuando quiera y como quiera. Los servicios públicos son los que son, el parque de vivienda es el que es y los trabajos no se inventan. No es desde luego una política ordenada de inmigración el ir por ahí diciendo que no hay problema que vengan a España, que aquí hay sitio para todos, porque no es verdad. Otra cosa sería que lo hicieran con un contrato para cubrir puestos de trabajo que realmente existen. De lo contrario, se actúa mal y se engaña a miles de personas con unas expectativas que en la mayoría de los casos no se cumplirán. Y no hay que olvidar que son personas que dejan a su familia y a su país para encontrar una vida mejor. Esto sí que es electoralismo.
miércoles, febrero 21, 2007
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